La marina seca que pretende instalar la empresa concesionaria del puerto de Calanova cuenta desde ayer con la aprobación del Govern tras la publicación en el BOIB del proyecto constructivo y el estudio paisajístico. Albergará 48 embarcaciones de hasta ocho metros de eslora y estará dividida en tres estanterías de seis metros de altura y 5,5 de profundidad. Una tendrá 24 metros de anchura y estará ubicada frente al mirador de la avenida Joan Miró, junto a la explanada del travelift (grúa para barcos). Las otras dos medirán 12 metros y se colocarán al inicio del dique exterior. Están compuestas por módulos desmontables y el proyecto se halla actualmente en información pública en Ports IB, dependiente de la conselleria de Territorio del Govern.
El director de Calanova, Juan Birlanga, explicó que la próxima temporada estará totalmente en servicio para alquilarla a precios mucho más económicos que los amarres. Será la primera marina seca que se construirá en Palma y la segunda de la isla, después de la existente en sa Ràpita desde hace cinco años. La intención del Ejecutivo del Pacto es potenciar este tipo de equipamientos en los puertos y prohibir la construcción de nuevos amarres, debido a que ocupan un gran espacio público marítimo-terrestre.
Los módulos de las estanterías para barcos estarán fabricados con perfiles de acero estructural, donde se apoyarán travesaños de madera, que a su vez sustentarán las embarcaciones almacenadas. El proyecto ha sido redactado por el ingeniero Juan José Lemm y el estudio paisajístico corre a cargo de Rafael Pons, que señala que los observadores potenciales desde la calle Joan Miró "no percibirán una barrera visual", debido a que la diferencia de altura que hay hasta la explanada del puerto es de entre cuatro y seis metros.
