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¿Está bien sentada Palma?

Cort cree que el mobiliario urbano es suficiente aunque reconoce que en zonas como el Molinar faltan bancos y pérgolas

Uno de los bancos del Portixol que sí tienen pérgola. B. ramon

El Ayuntamiento ha destinado sesenta millones de euros para mejorar el mobiliario urbano de Palma. El gasto mayor procede de nuevos parques y su mantenimiento, como el de la zona del polígono industrial de Llevant. Buena parte de él, y así lo indicó Rodrigo A. Romero, concejal de Infraestructuras, se va a destinar al mantenimiento de bancos, pieza clave en el amplio concepto que engloba el llamado mobiliario urbano.

Palma cuenta con 7.112 bancos públicos que están distribuidos en cinco zonas: Llevant, Ponent, Nord, Platja de Palma y Centro Ciudad, numeradas en orden decreciente según el número de bancos. El barrio con el mayor número es el de Llevant, y en el lado opuesto, con el menor número de asientos públicos, es el Centro. ¿Son suficientes los más de 7.000 bancos públicos?

"Creo que sí", opina Rodrigo A. Romero, aunque el regidor admite que hay zonas, como Portixol y es Molinar, "donde debería haber más bancos y donde deberíamos ponerles más pérgolas. A mí me gustan los bancos con sombras", añade el responsable de Infraestructuras. Pero no siempre es posible.

"Ponemos bancos con sombras donde la amplitud de las aceras lo permite. Tienen que tener 1,80 de espacio libre", detalla Rodrigo A. Romero.

El cómo, dónde y cuántos en el capítulo de asientos públicos es variable. "El mobiliario urbano te permite ser flexible", señala Romero. En atención a las peticiones de vecinos se actúa y en función de que cerca haya o no jardines o parques. Palma cuenta con una tipología variada de estos asientos públicos, desde los más clásicos de lamas de madera, que son los que reclaman más mantenimiento y, por tanto, salen más costosos; a los de piedra, que causan un menor impacto visual. Éstos últimos son los elegidos en el centro de la ciudad.

"No hay un criterio fijo puesto que las necesidades van cambiando, pero en parques, por ejemplo, se suelen colocar los bancos de madera", indica el regidor de Infraestructuras.

A su juicio, "haría falta una aplicación para ver la población por edad y las distintas rutas por las que se mueven los diferentes grupos. De este modo, sería más sencillo ver las necesidades de mobiliario urbano en cada zona". Un ejemplo a seguir sería el de las Rutas saludables. Es una iniciativa creada en 2015 entre el Govern y participada por los ayuntamientos tras comprobar la cada vez mayor sedentarización de la población adulta.

Palma cuenta con 20 rutas saludables, las más recientes fueron las de s'Indioteria y Son Cladera. "Queremos hacer una en Son Ferriol y además que sea más accesible", señalan desde Cort. En los planos que las dibujan, se indican el número y el lugar de bancos públicos.

En el nuevo contrato de parques y jardines que incluye el mobiliario urbano se van a incrementar los bancos en las zonas verdes y en las rutas cercanas a centro de salud, iglesias y polideportivos.

Aislados o juntos

Recientemente, comerciantes y vecinos de la plaza de Alexandre Jaume se quejaron de que en los bancos de piedra dormían mendigos que ocasionaban problemas. Cort decidió colocar una faja metálica que los partió en dos imposibilitando que nadie se echara. Los vecinos pedían bancos individuales, es decir, sillas. "No es habitual que lo hagamos, solo si hay terrazas cerca y existen molestias como cuando se practica botellón", especifica el regidor.

En la plaza de la Esperanza de Son Gotleu los niños del colegio y los vecinos querían bancos sillas pero en círculo, "para hablar y verse las caras", les indicaron a Cort.

El mantenimiento de los bancos, dañados en su mayor parte por la práctica del skate y las pintadas, es uno de los capítulos más gravosos. Y hoy, más frecuentes.

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