Los técnicos de Sanidad del Ayuntamiento instalarán en cuestión de horas, hoy o mañana, trampas contra ratas e intensificarán el tratamiento contra esta plaga para intentar reducir la actual población de roedores en Son Gotleu. El tratamiento, advierte la directora general de esta área, Maria Antònia Comas, se alargará "durante meses" y no se puede pretender su erradicación completa.

Junto con la barriada de Corea, donde también se toman medidas contra la plaga de ratas, buena parte de Son Gotleu será objeto de un tratamiento extra contra los roedores, después de constatar el "especial riesgo" y problemas en superficie en muchas calles. Sanidad ha decidido incrementar todos los dispositivos para controlarlo, entre los que se incluyen un dispositivo en el que se coloca un producto envenenado para que las ratas se lo coman y mueran. La inversión en este plan de control será de 5.500 euros más IVA.

Además de las trampas, se intensificará el tratamiento habitual en el alcantarillado, red de alumbrado público y semáforos, indican desde Sanidad.

Los vecinos denuncian que este problema se arrastra desde hace años y que las ratas han hecho sus madrigueras en las zonas ajardinadas y en áreas comunes entre los bloques de viviendas y en trasteros. El blog La voz de Son Gotleu se ha hecho eco de estas quejas que critican que los técnicos del Ayuntamiento han sido "incapaces de resolver este gran problema, ya que cada vez hay más ratas", que incluso se meten en el motor de los vehículos aparcados, causando daños.

Puntos de especial riesgo

Maria Antònia Comas menciona que las calles más afectadas son Siete Picos, el pasaje Pic Puigmal, el de Pic Auñamendi, la plaza Fra Joan Alcina, el pasaje Pic Alcazaba, la calle Santa Florentina y Tomàs Rul·lan, precisamente las que engloban los grandes bloques de viviendas.

Una vez que se hayan instalado los dispositivos con el veneno para las ratas, los técnicos lo revisarán al cabo de diez días o dos semanas. "Abrirán el dispositivo, y si se lo han comido, se pondrá más producto y será indicativo de que hay muchas ratas", explica la directora general de Sanidad y Consumo. Si no han tocado el producto, "es porque no atrae a las ratas, porque hay un contenedor cerca y van a él a comer o tienen otra opción", añade Comas.

El producto que contiene veneno se irá reponiendo para ir controlando la plaga, pero también se informará a los vecinos, tanto con folletos como en breves reuniones, sobre unas normas básicas de higiene y convivencia.

Maria Antònia Comas no especificó ayer en qué cantidad se puede medir esta plaga: "Es evidente que hay ratas, pero el control depende de muchos factores. No sabemos si se habrá controlado en cuatro meses o en diez".

La lucha contra las plagas cuenta con más presupuesto, ya que el Ayuntamiento adjudicó a principios de este año un contrato plurianual a Lokímica S. A. con un presupuesto para cada ejercicio de 550.000 euros y que ha permitido que, en estos momentos, haya siete brigadas trabajando en esta cuestión.