El año que acaba de comenzar va a ver como la ciudad sufre la mayor transformación urbana, social y medioambiental de su história contemporánea, según se encargó de repetir, una vez más, el alcalde de Palma, Antoni Noguera, en su discurso de fin de año con motivo de la Festa de l'Estendard. El "mantra" se asemeja mucho al que popularizó el vicepresidente del Gobierno del PSOE de Felipe González, Alfonso Guerra, cuando manifestó que, después del paso de los socialistas por el gobierno de la Nación, a España no la reconocería "ni la madre que la parió". Es verdad que alguna cosa cambió, aunque no todas para bien. Casi tres décadas después seguimos con muchos de los problemas existentes entonces y alguno de ellos objetivamente ha ido a peor. En el caso de Palma, si bien para este año se ha anunciado el inicio de proyectos que pueden justificar un mandato, ninguno de ellos parece que tenga la entidad suficiente para cambiar la ciudad radicalmente. De todas formas, ayer, como primer día hábil del año, buena parte de los concejales del equipo de gobierno optó por tomarse unas vacaciones -merecidas seguramente- y no aparecieron por su despacho. Claro que, en los grupos de la oposición también se han tomado con calma el inicio del nuevo año y el tercer piso del edificio de Santa Eulàlia, ocupado por los grupos municipales, registó numerosas bajas.
Los pañuelos de Orgull Llonguet ya están a la venta
Orgull Llonguet ya ha puesto a la venta los pañuelos amarillos correspondientes a la edición de las fiestas de Sant Sebastià de 2018 con el lema de este año: "Els llonguets sempre seran nostres". Mañana, jueves, volverán a salir con el puesto de venta de pañuelos y se colocarán, entre 18,00 horas y las 20,00 horas, frente a la iglesia de Sant Miquel. Ya iniciaron el año convocando una "camillada" en el paseo del Born en la madrugada del día uno de enero, para recibir el primer día de 2018 con una chocolatada.
La placa de Colom, de nuevo en su sitio
La placa que señala la calle Colom, situada en el edificio que hace esquina entre esta vía y la plaza de Cort, ha sido colocada nuevamente en su anterior emplazamiento, después de las obras realizadas en el inmueble en la que estaba colocada. Se trata de un hecho que puede calificarse de insólito, puesto que lo habitual, aunque no lo normal, es que estas señalizaciones desaparezcan tras unas obras.
