Cort paralizó ayer las obras de un edificio en pleno centro que se estaba construyendo sin licencia. Los celadores de la concejalía de Urbanismo y Modelo de Ciudad acudieron por la mañana a la calle Sant Esperit número 4, junto a la plaza Banc de s'Oli, y ordenaron a los trabajadores la detención de la "obra nueva", tal como explicó el concejal del área, José Hila. Las únicas tareas con las que pueden continuar son las de "seguridad", según añadió. La propiedad del inmueble, situado a 500 metros de la sede del Ayuntamiento, tiene concedida una licencia de derribo de los número 4 y 6 de la citada vía, pero no de construcción.
La gerencia de Urbanismo de Cort aprobó en junio la "licencia de demolición de una edificación anterior que estaba declarada en ruinas". Por este motivo, también se había ordenado como medida cautelar el cierre de Sant Esperit desde el número 2 hasta el 6, ya que el mal estado del inmueble podía suponer un riesgo para la seguridad de los peatones. Antes de la autorización del derribo, la promotora presentó un proyecto de reforma para abrir un hotel, aunque dicha licencia no le fue concedida, tal como indicaron desde Urbanismo.
Sin embargo, durante todo este tiempo en que la calle ha estado cerrada y con el edificio oculto tras andamios y lonas protectoras, los obreros han levantado una nueva estructura. El trasiego de camiones ha sido constante, al principio con material de derribo de la vieja construcción y en los últimos meses con todo tipo de mercancía utilizada para levantar un inmueble. Ayer mismo, antes de que acudiesen los funcionarios municipales, un camión cargado con palés de ladrillos accedió a Sant Esperit desde Banc de s'Oli, donde una puerta metálica junto al antiguo hostal Perú impide ver lo que ocurre en el interior de la calle cuando está cerrada. Desde Can Gater también hay una verja, al igual que en el otro lado de Sant Esperit, junto al número 8.
El arquitecto y administrador solidario de la promotora, Fraula S. L., es Juan González de Chaves Alemany, cónsul de Perú y autor del segundo proyecto del parque de ses Estacions, encargado por el Govern balear del PP durante la época de Jaume Matas.
El concejal de Urbanismo y Modelo de Ciudad advirtió de que la ilegalidad "no le saldrá gratis". No obstante, dijo que "el proceso es largo", porque tras la clausura de la obra nueva, el expediente tiene que superar unos trámites hasta finalizar en sanción. Los técnicos de Urbanismo deben "analizar las irregularidades" y comprobar con el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) "si la construcción es legalizable o no, lo que conllevaría la demolición total o parcial de lo ejecutado", en palabras de Hila. En cambio, si cumple el actual planeamiento urbanístico, el promotor tendrá que ser sancionado por ejecutar la obra sin licencia.
