Una de las familias de Son Banyafamilias de Son Banya que será desahuciada ya tiene cita en el Ayuntamiento de Palma, que sigue a la espera de saber si la Justicia le concede un aplazamiento para desalojar 45 viviendas del poblado, previsto para el 5 de octubre, confirmó ayer Mercè Borràs, regidora de Bienestar y Derechos Sociales.

Borràs reiteró ayer que Cort sigue trabajando con esa fecha límite, aunque espera saber este mes si el desalojo se aplaza hasta el primer trimestre de 2018. "Desde 2015, las familias ya saben que hay que salir", explicó Borràs. Una de ellas, de las quince que no tienen una casa alternativa para vivir, se ha puesto en contacto telefónico con el Ayuntamiento para solicitar asesoramiento y "ya tiene cita", avanzó la responsable del área social.

Eivissa, Barcelona y A Coruña

La regidora y el director general de Bienestar, Joan Antoni Salas, han estado hace pocos días en Eivissa para conocer cómo se desalojó el barrio de sa Penya en 2016, un barrio de características socioeconómicas similares a Son Banya. El equipo municipal de Vila se ha comprometido a compartir la información sobre el modelo de contrato, las posibilidades de realojo utilizadas con las familias y la creación de un equipo de trabajo con todas las concejalías y empresas suministradoras de servicios implicadas, según informó el Ayuntamiento eivissenc.

Esta es la visita más reciente, pero los técnicos municipales también han estado en Barcelona y en A Coruña, donde se llevaron a cabo desmantelamientos similares.

De las visitas realizadas, según confirman fuentes municipales, Bienestar tiene claro que se requiere máxima coordinación entre las áreas municipales y que las entrevistas con las familias afectadas por el desalojo deben ser individuales.

La regidora comentó que si ninguna otra familia se pone en contacto con el Ayuntamiento para pedir asesoramiento, será Cort el que vaya en busca de ellas.

Además de estas quince familias con la orden de desalojo inminente, Joan Antoni Salas confirmó a este diario que otras diez familias de Son Banya habían pedido ayuda al Ayuntamiento para poder abandonar el poblado.