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Palma a palma

Señores de las sombras

Señores de las sombras

De entre la nómina de oficios tradicionales, recuerdo sobre todo al acomodador. Los cines de mi infancia tenían uno o dos empleados dedicados única y exclusivamente a mantener el orden en la sala. Era muy común que grupos de chicos fueran al cine sólo para armar gresca. ReÍr, gritar, tirar bombas fétidas. El acomodador les vigilaba y les llamaba al orden. Expulsándolos de la platea si era necesario.

Lo mismo ocurría con las parejas de la "fila de los mancos". Situadas en la parte más discreta e inadvertida del aforo. Según qué acomodadores mostraban una enfermiza inquina contra los enamorados. Y se acercaban sigilosamente para apuntarles con su linterna y recriminarles.

Porque el arma del acomodador siempre ha sido su linterna. Cuando entrabas en la sala, aunque las luces estuviesen encendidas, allí estaba el acomodador para buscarte un sitio con su luz. Después, de forma inmediata, extendía la mano para recibir la propina. Y si ésta era generosa, seguía iluminando hasta que el cliente se sentaba en su lugar. En caso contrario, se iba inmediatamente y le dejaba expuesto a su destino incluso cuando la oscuridad era total o la película ya había empezado.

Los acomodadores de antaño iban con vistosos uniformes, de forma que parecían una versión diferente de la policía urbana. En este caso, dedicada a las películas. Se sabían todas las cintas la memoria, de tantos pases uno tras otro. Y durante la proyección desaparecían o se quedaban en un rincón, con la mirada perdida.

En ese ecosistema mágico que es el cine, el acomodador era la autoridad. Si alguien tenía un problema lo llamaba a voces. Y él llegaba con su luz para imponer la ley.

Hoy en día, la función del acomodador está también ligada a la cantidad de desperdicios que la gente deja en el cine: vasos, latas, palomitas... Ha perdido el carácter algo policíaco de otros tiempos. En muchas salas ya no existe, en otras resulta más democrático y colaborativo. Sin tanto signo de autoridad. Pero sigue siendo el señor de las sombras.

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