La incineración gana puntos con respecto a la inhumación. En Palma ya se incineran el 60% de los cadáveres. Se trata de una práctica que, a finales de los años 90, apenas alcanzaba el 30% del total. La nueva disposición de la Iglesia Católica sobre el tratamiento de las cenizas no ha afectado para nada a la forma de actuar e la Funeraria Municipal, que seguirá facilitando las cenizas a los familiares que lo deseen puesto que la legislación española lo permite. Al respecto, el gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, explicó que estos restos se pueden depositar en un nicho, en un columbario, en un espacio común o se puede dar la custodia a las familias. En este último caso, en numerosas ocasiones al cabo de unos meses o al año las devuelven al cementerio.