Durante el curso pasado, hubo 74 jóvenes menores de 16 años -edad hasta la que es obligatorio ir a clase- que hicieron novillos en Nou Llevant y Son Cladera y fueron localizados por los dos policías tutores de cinco de los centros educativos existentes en estas barriadas. La memoria de actuaciones de este servicio el curso 2015-2016 señala que 38 de ellos fueron encontrados en los alrededores de los institutos mientras que otros 29 tenían un absentismo crónico y siete más se consideraban "desaparecidos del sistema escolar".
Además, uno no había sido escolarizado. El oficial que coordina la policía tutor, Fernando Carrillo, explica que los primeros son trasladados a sus centros educativos y el jefe de estudios informa de ello a los progenitores.
Sin embargo, los absentistas crónicos ni siquiera aparecen por el entorno de los colegios o institutos, por lo que los agentes son avisados por los responsables de los centros y deben acudir a los domicilios a buscarlos.
"Puede haber diversas causas, incluso temor a acudir al colegio por haber sufrido acoso escolar", como señala el policía. En estos casos, "los padres los llevan al centro y luego ellos se marchan y están vagando con la mochila por la ciudad", detalla. Cuando los progenitores consienten y hasta incentivan el absentismo y los menores se quedan en su casa, puede llegar a ser constitutivo de delito, debido a que hay dejadez de funciones por parte de los padres y provocan un retraso en el ritmo de aprendizaje.
