Vecinos del Coll d'en Rabassa denuncian la ineficacia del nuevo servicio de recogida de trastos de Emaya, que les ha estado ocasionando molestias en los últimos días.

Según explicaron ayer los residentes, a la altura del número 4 de la calle de Bartomeu Castell hay numerosos muebles que llevan esperando desde el pasado jueves.

Los residuos fueron depositados el jueves por la mañana, es decir, fuera del horario indicado por la empresa pública de limpieza. De acuerdo con el calendario del servicio de recogida de trastos, el día designado para el barrio del Coll d'en Rabassa es el jueves por la noche.

No obstante, el acto incívico se convirtió en un problema de mayor gravedad cuando los operarios de Emaya n0 retiraron esa noche los objetos voluminosos de la calle.

Al ver que nadie se encargaba de quitar los muebles de calle, los vecinos contactaron con Emaya para solicitar que actuara. Aseguran que el personal de la empresa pública les atendió correctamente por teléfono, pero que, tres días después, todavía no han pasado a recoger los cachivaches de la vía pública.

Los vecinos denunciantes se muestran especialmente preocupados porque molestan la entrada a una vivienda donde residen personas mayores. Además, ocupan más de la mitad de la estrecha acera de la calle, por lo que entorpecen a las personas con movilidad reducida o con cochecitos de bebé. A ello se añade el peligro que suponen grandes piezas de cristales rotos que estaban colocados sobre los muebles.

A veinte metros del lugar está la plaza de la Església, uno de los enclaves donde los niños van a jugar por las tardes. También está junto a la calle del Cardenal Rossell, una de las vías del barrio más transitadas que cruzan toda la zona residencial.

El nuevo sistema de recogida de trastos, que fue ideado por el tripartito de Cort, ha generado muchas quejas desde que fue implantado el pasado 1 de diciembre. Sin embargo, la presidenta de Emaya, Neus Truyol, sostiene que el sistema es más efectivo que la anterior recogida a domicilio con cita previa.