Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Platja de Palma

Batallón de escobas para revivir s'Arenal

Cada noche de fiesta se recogen entre siete y ocho toneladas de basura solo en la primera línea de la Platja de Palma - Una treintena de trabajadores de Emaya se esfuerza cada mañana para que la zona vuelva a relucir

La noche de fiesta se alarga y la Platja de Palma sigue llena de vida. Son las seis de la mañana. Mientras los turistas llevan toda la noche sin dormir, un grupo de trabajadores se despereza y llega a sus puestos. Van armados con escobas, palas y maquinaria pesada. Es el batallón contra el botellón. Una treintena de trabajadores de Emaya se encarga de la pesada tarea de eliminar los restos de la juerga y que las calles de s'Arenal recuperen la higiene.

En verano la Platja de Palma es una de las prioridades de la empresa municipal de limpieza. Adecentan tres veces al día el paseo entre los balnearios 1 y 7. De los balnearios 7 al 15 (de la iglesia hacia Can Pastilla) no hace falta intensificar la limpieza, porque no hay desmadre. Es una zona de turismo más tranquilo y familiar. Allí no hay locales de ocio y no se ve ni un papel por la calle.

Para toda la zona costera hay 31 trabajadores, dos máquinas de agua a presión, tres barredoras, un camión recolector y un camión para la recogida de trastos abandonados, según explica el jefe del departamento de limpieza de Emaya, Antonio Malagón. Los fines de semana se reducen los efectivos y solo hay 18 empleados. Tienen que trabajar contra el reloj, porque a las ocho de la mañana abren las primeras terrazas de bar.

En cuestión de horas el personal de limpieza habrá recogido entre siete y ocho toneladas de residuos solo en la primera línea de la Platja de Palma.

Ya son las 6.17 horas. Un joven se ha desmayado frente al Riu Palace y permanece boca abajo mientras sus amigos esperan a los servicios de emergencia. A esa hora la calle del jamón ya ha comenzado su puesta a punto diaria. Es la única vía que necesita tres pasadas antes de quedar aceptablemente limpia. Primero una barredora quita lo grande (botellas, papeles, latas...). Luego un tándem de sopladora y barredora elimina la basura restante. Finalmente, una máquina de agua a presión quita los líquidos pegados y los vómitos.

El Bierkönig ya ha cerrado sus puertas y en el interior solo se ven chorros de jabón sobre el suelo. Mientras tanto, algún borracho aguanta en la calle y una pareja come unas patatas fritas para matar el gusanillo.

Avanza la mañana. A las 6.43 horas el cielo de Palma se ilumina de forma tímida. Junto al mar un camión de Emaya vacía las 300 papeleras del paseo, mientras otros equipos de limpieza se encargan de asear las aceras. Solo con la basura frente al Megapark da para llenar un cubo, pero es que detrás del local esperan dieciséis contenedores de basura y tres de vidrio. Todos llenos debido a ese mismo negocio.

Los corredores más madrugadores, los caminantes jubilados y algún que otro ciclista se dejan ver por la zona. Todos disfrutan del alba. Grupos de jóvenes regresan a su hotel mientras otros esperan los primeros buses que les lleven hacia el aeropuerto. Pocos quedan sobre la arena, aunque todavía se ve alguna parejita. Frente al balneario 3 se concentra la poca actividad festiva de los que todavía no se quieren ir a dormir.

Un refuerzo contra los vómitos

Las barredoras de Emaya no solo recogen las botellas, también aspiran los pequeños fragmentos de vidrio que suponen un peligro para cualquier viandante en chanclas. Las máquinas de agua a presión logran que desaparezca de las calles el olor a cerveza, que vuelve ganando fuerza a medida que sale el sol.

A las 6.58 horas, las máquinas rastrilladoras ya han acabado de trabajar y un camión de Mar de Mallorca -la empresa responsable de adecentar la playa- ya ha retirado los cúmulos de basura que había sobre la arena. A esa hora un vehículo especial de Emaya se encarga de retirar los vómitos del suelo. Es un refuerzo que requieren los propios compañeros, porque la viscosidad de los vómitos se resiste a los cepillos de las barredoras.

La primera línea de la Platja de Palma está lista entre las 8.30 y las 9 horas para que cuando el turista salga del hotel se lo encuentre todo en orden. La treintena de trabajadores públicos luego se traslada a la segunda línea para repetir la operación en las calles residenciales. Pero la pulcritud tarda poco en desaparecer. En los after hours sigue el jolgorio y a mediodía vuelve la fiesta a la calle del jamón, la calle de la cerveza y el resto de biergarten de la zona. Otra jornada comienza en s'Arenal.

Compartir el artículo

stats