Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Palmario

De la transversalidad y los compartimentos estancos

El concejal de Som Aligi Molina.

El nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Palma se propuso varios objetivos en caso de llegar a un acuerdo de gobernabilidad entre el PSOE, Més y Som. En primer lugar, se decía que el acuerdo se debía sustentar sobre un programa conjunto y consensuado entre las tres formaciones. El objetivo se cumplió en un tiempo récord. Bastó una semana de intensas negociaciones para llegar a un acuerdo programático. En segundo lugar, el pacto no debía ser un mero "reparto de cromos" o de cargos. Se decía que se huiría del modelo del anterior pacto con UM en Cort, en el que los tres partidos coaligados (PSOE, Bloc y UM) ostentaban áreas de poder estancas y prácticamente autónomas. Para no volver a caer en este error, los responsables del PSOE, Més y Som insistían una y otra vez en que el organigrama municipal se confeccionaría en función de las necesidades programáticas y que los responsables de los cargos serían designados en función de las capacidades de cada uno de los miembros del equipo de gobierno y no con criterios partidistas. Además, con el fin de evitar los compartimentos estancos, se recurría a la ya tan manida transversalidad, un concepto ya superado por la realidad y sustituido por el de inteligencias múltiples, entre otros conceptos, y que nadie o muy pocos saben en qué consiste y, en cualquier caso, difíciles de explicar a nivel teórico y más difíciles de poner en práctica.

Pues bien, como el movimiento se demuestra andando y como dijo aquél por sus obras les conoceréis, analizando el nuevo organigrama municipal consensuado entre el PSOE, Més y Som, no parece a simple vista que se hayan conseguido los objetivos anunciados. De entrada, se observa que cada partido se ha reservado sus áreas de poder sin que ninguno de los socios se inmiscuya. No se ha conseguido, por ejemplo, que el área de Movilidad esté dirigida por un socialista y que la EMT, pongamos por caso, la dirija uno de Més o de Som. O que el área de Urbanismo, por ejemplo, en manos de Més, tenga un concejal de Vivienda -se supone que todas las áreas municipales son dignas- del PSOE. Por el contrario, se presentan asociaciones difíciles de explicar y que seguro que, si las hubiera parido un gobierno del PP, la izquierda hubiera puesto el grito en el cielo, como que la concejalía de Cultura dependa de Urbanismo, o la creación de dos concejalías de Bienestar y Derechos Sociales en manos de Més y otra de Igualdad y Derechos Cívicos (de Som). También llama la atención que Bienestar Animal esté con Ecología (Més) y no con Sanidad y Consumo, o que Agricultura dependa de una teniente de alcalde y que Turismo sea una concejalía delegada.

La portavoz del nuevo equipo de gobierno, Neus Truyol, afirmó que el concejal de Som y miembro de la junta de gobierno Aligi Molina no solo no incumple el código ético suscrito por los tres partidos por su imputación en el asalto a la conselleria de Educación en la anterior legislatura, sino que manifestó que están "orgullosos" de que forme parte del gobierno municipal, porque "está imputado por defender el derecho a una educación pública de calidad, no por un caso de corrupción", que es la circunstancia que contempla el código ético pactado.

Compartir el artículo

stats