Tenemos artistas callejeros, comida callejera y bibliotecas callejeras. Por ahora hay una en Palma, en la Rambla, aunque los impulsores de esta iniciativa quieren que se expanda por toda la ciudad. La ubicación elegida es una antigua cabina telefónica (cada vez más en desuso por la generalización de los móviles), al igual que se ha implantado en grandes urbes como Londres, Berlín y Nueva York. La idea es parecida a la del bookcrossing, la conocida afición de dejar libros en lugares públicos con el fin de que alguien los encuentre, los lea y los intercambie.

Así se detalla en la primera página de dichos ejemplares: "El que acabas de abrir es un libro de #estoesunabiblio. Es libre y no tiene dueño. Puedes sustituirlo por otro, dejarlo donde está para que otra persona lo aproveche o leerlo y volver a traerlo en cualquier momento. Sea cual sea tu decisión, te agradeceremos que publiques una foto o comentario en Facebook, Instagram o Twitter con la etiqueta #estoesunabiblio". El objetivo es que la iniciativa se consolide, genere un hábito y dinamice Palma, "que ocurran cosas, que la gente interactúe y se implique, que la calle no sea solo un espacio de paso", según uno de los impulsores de la "biblioteca pop-up", que prefieren permanecer en el anonimato.

El pasado viernes colocaron los estantes y los libros en la cabina de la Rambla y, pese a que en las redes sociales han tenido un gran seguimiento -casi 300 Me Gusta en Facebook-, el comienzo fue decepcionante, debido a que un vagabundo robó todos los libros el primer día, según un testigo. "La reacción de la ciudadanía ha sido muy positiva, porque han repuesto los estantes con nuevos ejemplares", tal como detallan.

Buscan más cabinas

Ayer mismo, colgaron en la red social el evento 'En busca de la cabina vacía', que pretende "que #estoesunabiblio deje de ser una acción puntual para convertirse, si Telefónica quiere, en un movimiento ciudadano en toda regla", según explican. Por este motivo, invitan a "buscar cabinas vacías, fotografiarlas y subir la imagen a este evento, junto con su ubicación exacta", con la finalidad de expandir la iniciativa callejera. Ellos se encargarán de colocar "soportes en distintos emplazamientos de Palma. Os lo haremos saber para que vosotros, vecinos entregados a la causa, los vayáis llenando de libros".

Si finalmente tienen éxito las pequeñas bibliotecas, no solo habrán logrado que las cabinas se renueven, sino que habrán sido los pioneros del nuevo modelo de ciudad abierto a los palmesanos que propugna el tripartito.