El Ayuntamiento de Palma está sustituyendo 500 farolas que tienen peligro de caída porque se ha desgastado la base de los postes. El motivo de la corrosión, según Cort, es el orín de perros. La acidez del pis provoca que, con el paso del tiempo, se creen agujeros en el metal y se ponga en riesgo la integridad y la estabilidad de la farola.

Media docena de operarios del departamento municipal de Infraestructuras trabajaron ayer en la calle de Jesús para reemplazar farolas dañadas por el desgaste. Según explicaron los trabajadores a este diario, llevan un mes cambiando postes afectados por las micciones animales en diferentes barrios de la ciudad.

El consistorio palmesano informó que durante el 2014 tiene previsto retirar 500 soportes por la corrosión en la base. El presupuesto aproximado superará los 50.000 euros. Solo se renuevan los postes, mientras que la cabeza lumínica se mantiene igual.

Las columnas de las farolas se fabrican con dos materiales principales: acero galvanizado y hierro fundido. La única protección contra la corrosión es la pintura que se aplica sobre los soportes, porque genera una capa de aislamiento que protege el metal del agua, el viento o la orina, entre otros elementos.

A medida que se desgasta la pintura por los orines, el soporte va quedando expuesto y se inicia la corrosión del metal. Según el Ayuntamiento, el repintado periódico de los postes metálicos permite frenar el proceso de deterioro, aunque no se detiene por completo. Tras varios años, se forman agujeros en la base de los mástiles. Es entonces cuando interviene el consistorio para reemplazar los postes.

Cort asegura que existe otra fuente de corrosión sobre las farolas metálicas: el salitre marino. Solo afecta en zonas muy cercanas al mar y no daña la base del soporte, sino la totalidad del poste. Por este motivo, en 2013 se retiraron unas 30 luminarias situadas en la primera línea de la Platja de Palma y cuatro balizas del paseo del Carnatge y de Can Pastilla.