La premura con la que el joven A.J.S.J., el hijastro del teniente de alcalde de Palma Álvaro Gijón, quedó en libertad tras ser detenido en la madrugada del 20 de enero de 2013 por enfrentarse a golpes a una patrulla de la Policía Local, conllevó que no fuera trasladado a la comisaría de la Policía Nacional para ser reseñado, como es preceptivo. De esta forma evitó quedar incluido en los archivos policiales de detenidos. Pese a ello, tanto su padrastro como el que por entonces era el jefe de la Policía Local, Antonio Vera, que se presentó en el cuartel de Sant Ferran aquella mañana tras ser informado de la detención, negaron que el joven tuviera el menor trato de favor.

A.J.S.J. tiene en la actualidad 20 años y es hijo de la exmujer de Álvaro Gijón, primer alcalde de Palma. A las cuatro y media de la madrugada del 20 de enero de 2013, durante las celebraciones de Sant Sebastià, fue detenido tras enfrentarse a una patrulla de la Policía Local en la plaza Mediterráneo. Según el informe policial, los agentes le vieron coger una lata de bebida del suelo, lanzarla al aire y propinarle una patada, de manera que el envase golpeó contra varios coches. Cuando le dijeron que la recogiera y la tirara a una papelera, el joven se negó a hacerlo.

Tampoco quiso identificarse e intentó marcharse. Los agentes le sujetaron y mantuvieron un forcejeo en el que un policía recibió un golpe en una pierna y el joven sufrió una herida en el labio. Finalmente fue reducido con la ayuda de otra patrulla de la Policía Nacional que presenció la escena y trasladado al cuartel de Sant Ferran detenido como presunto autor de un delito de atentado contra agentes de la autoridad.

Distintas fuentes policiales indicaron que tras el arresto del joven se sucedieron las irregularidades. Tanto el padrastro del joven, Álvaro Gijón, como el entonces jefe de la Policía Local, Antonio Vera, se personaron de madrugada en las dependencias policiales. Gijón entró en el depósito de detenidos, algo terminantemente prohibido para los familiares de los arrestados, mientras que Vera ordenó a los agentes que le quitaran las esposas. El muchacho no llegó a entrar en la celda y permaneció todo el tiempo en el banco de la sala de reseñas.

Dos horas en Sant Ferran

El atestado sobre el incidente se llevó a cabo con una rapidez inusitada. Sobre las siete de la madrugada fue trasladado desde el hospital de Son Espases, donde fue atendido de la herida en el labio, de nuevo a Sant Ferran. A las ocho y media prestaba declaración ante su abogado, el exconcejal José Manuel Sierra, y a las nueve menos diez era puesto en libertad, sin ser conducido al juzgado de guardia. Para justificarlo los responsables del atestado recalcaron las especiales circunstancias del joven, que tenía que hacerse cargo de su hermana de cinco años, debido a la ausencia temporal de su madre.

El informe fue enviado por fax al juzgado, con la rúbrica del intendente jefe de la Policía, Antonio Vera.

En este proceso se obvió otro trámite habitual en estos casos, como es la reseña del detenido por parte de la Policía Nacional. La Policía Local tiene instrucciones de servicio para trasladar a sus detenidos a la Jefatura de Policía de Palma. Allí los arrestados son fotografiados y se les toman las huellas dactilares, que quedan incluidas en los archivos policiales. De esta manera, en el caso de ser identificado en el futuro, la base de datos alertaría de que el individuo en cuestión había sido detenido anteriormente por atentado. La ausencia de este trámite conlleva que el joven no cuente con antecedentes policiales.

Preguntados al respecto, tanto Gijón como Vera admitieron lo ocurrido, si bien sus versiones difirieron en detalles. Antonio Vera manifestó que a el le llamó el oficial de guardia aquella madrugada para informarle de lo ocurrido, y que acudió de inmediato al cuartel porque era "lo normal" en el caso de la detención de un familiar de un concejal. También dijo que el teniente de alcalde no estuvo en las dependencias destinadas a los detenidos.

Por su parte, Gijón admitió que esa madrugada llamó a Vera, "para que averiguara qué estaba pasando" con su hijastro, y que entró en la sala de reseñas, donde estaba el joven esposado.

Al día siguiente, Vera negó que existieran estas contradicciones: "Yo no dije que Gijón no me hubiera llamado, sino que quien me avisó de lo ocurrido fue el oficial de guardia. Gijón me llamó después, cuando yo salía ya hacia Sant Ferran". Respecto a su presencia en la zona de detenidos, Vera se mantuvo: "Yo no le vi allí".