Como muchos otros madrileños, Maraya Meseguer López asegura sentirse, por encima de todo, "mediterránea". La interiorista y articulista en revistas como El Mueble y Nuevo Estilo ha elegido vivir en Palma. Once años de convivencia con los mallorquines le permiten asegurar que "son educados, reservados y tienen un señorío extraordinario". Diplomada en interiorismo y diseño de moda, ha sido una de las decoradoras punta de lanza en el fulgor de los 90. Proyectos, según ella, para la clase media: "Yo hacía prêt-à-porter de la decoración". Eso sí, se codeó, y aún lo hace, con la alta sociedad aunque es cauta y discreta y pasa de puntillas sobre determinados temas. En lo profesional, subraya sus diseños de divanes, dos de ellos en el Museo de Artes Decorativas de Madrid. En su casa de Palma, a punto de mudanza -lleva una larga carrera de cambios de domicilio en su vida-, se sienta sobre uno: "Es el único lugar donde puedes estar tumbada digna y elegantemente; en un sofá estás mal sentada y en la cama, enferma".

Tras aquellos 90 de vértigo, la decoradora nacida en el 56 sigue el curso de los días entre Madrid y Palma con una agenda más relajada. No quiere dar pistas sobre sus trabajos en la isla, pero sus incursiones profesionales la vinculan a complejos hoteleros de alto standing no muy lejos de Palma.

„¿Vino a Mallorca a retirarse?

„Yo venía de un momento de trabajo muy intenso. Viví los años 90 como una etapa gloriosa. Se vendía todo. España estaba de moda. La mujer era muy liberal. Tuvimos una ministra que por primera vez fue sola a los lugares, rompiendo el protocolo. En mi caso, fue un momento de mucho trabajo, agotador y enriquecedor. Creo que a través de mis programas me convertí en la señora Francis de la decoración. Hice prêt-à-porter de la decoración.

„¿Se adelantó a los de Ikea?

„Ellos han logrado la moda pronta. Estoy a favor de lo que han hecho. Ikea ha aportado muchísimo. Vienen de las artes decorativas y de la Bauhaus a gran escala. Son conscientes de que vivimos en una sociedad de singles en la que los muebles son de tirar porque vivimos momentos que no son para arrastrar cosas. A su eslogan ´Redecora tu vida yo añadiría´.... Y tira lo que te sobra.

„No estamos para tirar nada.

„Es cierto, pero a la vez, es bueno desprenderse.

„¿Puede explicarse? Estamos en un momento de limitación del consumo y de recuperación o reciclaje de ropa, objetos.

„La decoración se ha acercado a la moda. Los jóvenes compran cosas baratas que al cabo de los años puedan tirar. No les importa. Ya no se piensa en que los hijos hereden un mueble.

„¿Entonces cómo interpreta el éxito actual del ´vintage´?

„Conviven. Ahora no se tiran cosas, se reciclan. Ya nadie se escandaliza si alguien viste con ropa de segunda mano. El recuerdo es algo importante. Es el valor del fetiche.

„¿De qué no se desprendería usted?

„De las joyas de la familia. Son pequeñas. No son invasoras. Mis diseños están en almacenes.

„¿Se define como decoradora o interiorista?

„Me considero como una arquitecta de interiores.

„¿No es cierto que un interiorista es un arquitecto frustrado?

„Para nada. La diferencia es que ellos usan el metro y yo el centímetro. Ellos piensan en la pared pero no en el detalle. A mi juicio la arquitectura en España se ha quedado en Le Corbusier cuando debería estar en el futuro. La sociedad ha cambiado. España ya no es una sociedad de familia.

„Me temo que vamos a volver a vivir tres generaciones bajo un mismo techo.

„Sí, eso es cierto. Estamos en una etapa en la que deberíamos reflexionar. Se está pagando aquella época, ahora toca reflexionar. Nos vemos consumidos por la publicidad, el consumo excesivo.

„Haga autocrítica. ¿No contribuyeron los interioristas, los decoradores como otros profesionales al servicio de esa nueva clase que se hizo con el poder político y económico?

„Todos influimos. Soy autocrítica. Fui a un colegio, las Teresianas, donde se nos enseñó la autoevaluación. Eso desde pequeña me dio sensación de juicio. Pero a la vez, aquella época fue muy liberadora. En ese sentido, fue positivo para la mujer, más formada, con peso en los negocios. Creo que fui la decoradora de la Transición, que trabajé para cualquier persona, no decoradora de la alta sociedad.

„Como interiorista, ¿le ve el interior a Palma?

„Cada casa, calle, hay que interpretarlas, pero veo Palma en sus calles estrechas, en su austeridad. Las casas de los mallorquines no son pretenciosas. Para mí el interior de la ciudad es la plaza porque tiene sentido vertical y es donde se reúnen las personas. La mía, en concreto en Palma, es la de la Paz donde hay varios puntos de reunión, el horno, la farmacia, y el pequeño restaurante. Y, sobre todo, los jardines del interior de la manzana 200. Me llama la atención que el mallorquín cuando te habla de su entorno siempre se refiere como punto de referencia a una iglesia.

„¿Tiene trabajos en Palma?

„Sí, pero son privados y prefiero no hablar de ellos por respeto a los clientes. Ahora trabajo con más tranquilidad. Incluso pierdo el tiempo. Es un lujo. Estoy disfrutando después de trabajar 14 horas diarias, a lo bestia. Un día dije: corto. Me daban taquicardias.

„¿Cuál sería su sello?

„Creo que adaptarme al paisaje, a la persona y a la actualidad. Creo que fui moderna en la manera de distribuir los espacios.Ahora se ha ido hacia una evolución al minimalismo muy exagerada.

„¿Miedo a la pared blanca?

„No lo siento. Al contrario, me da paz. Volviendo a lo que hablábamos antes de desprenderse, a medida que cumplo años, siento la necesidad de desprenderme de cosas. Creo que es un proceso muy sano; incluso diría que desprenderse de amigos también lo es.

„¿Tiene referentes, quiénes?

„Kandinsky, y su libro Punto y línea sobre el plano en arquitectura; Gianfranco Ferre en moda porque sus creaciones son arquitectónicas, y en filosofía Luis Racionero y Baudrillard.

„¿Qué diría de la marca España?

„Que fue artificial aunque el efecto fue positivo. El español es creativo, valiente y excéntrico.

„En diseño, la palma se la llevan los catalanes. ¿Le pica?

„No, no, te doy la razón. Madrid es barroca y mira a la realeza, al Estados Unidos; está en un castillo, es una torre. Cataluña mira a Francia y a Italia; es más abierta.

„¿Y Maraya Meseguer dónde mira?

„Al Mediterráneo.

„Si hasta diseñó un dragaminas.

„Sí, lo decoré con telas y maderas de los años 40. Fue cuando conocí Mallorca. Venía aquí porque tenía amigos y familia, pero no vine por nadie. Vine sola.

„¿Cómo son sus relaciones con los mallorquines?

„Tienen su punto. Hay que entenderlos. Tengo amigos y he hecho nuevos amigos aquí. Me gusta. Por eso la he elegido para vivir.

„Navidad, el momento más decorado.

„No me gusta nada. Es para los niños. No decoro nada. Prefiero ir a una exposición que ir a comer, y estos días, uf....