El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Balears se suma al respaldo de la propuesta de crear un bulevar en el frente marítimo de Ciutat, aunque va más allá y pide que se apliquen de inmediato algunas de las medidas para reducir la circulación. Asegura que Cort y el Consell pueden comenzar a "pacificar el tráfico" sin esperar a tener un proyecto definitivo para transformar los cinco kilómetros que van desde el Portitxol hasta Portopí.

El decano del Colegio, Carlos Garau, puso como ejemplos de actuaciones a corto plazo reducir el número de carriles en algunos tramos e incrementar los pasos de peatones y las regulaciones semafóricas. "No es necesario contar con un gran presupuesto desde el principio, sino que se pueden adoptar decisiones que supongan una baja inversión", según afirmó en referencia a que el proyecto presentado por el Colegio de Arquitectos el martes asciende a cerca de 40 millones de euros.

Garau, que asistió a la jornada Análisis y alternativas al paseo Marítimo de Palma, considera "básico empezar cuanto antes para que la ciudadanía se vaya acostumbrando", ejecutando "medidas a las que se pueda dar marcha atrás en caso de que no funcionen". Mencionó que "un primer paso se podría dar en la zona del Auditòrium, donde las aceras son muy estrechas. Si se elimina uno de los tres carriles en sentido Portopí, se ganaría un gran espacio. Y si el resultado es satisfactorio, en el futuro podría adoquinarse o lo que prevea el proyecto definitivo", tal como ejemplificó. Sin embargo, "para empezar, no supondría mucho dinero".

Sobre los posibles problemas circulatorios que conllevaría una reducción de carriles, el decano de los ingenieros recordó que ya existen tramos en el Marítimo donde se elimina un carril de los tres existentes por sentido, en concreto, los fines de semana por la noche en la zona de ocio y restaurantes con el fin de ofrecer más plazas de aparcamiento. "Esta medida lleva años y no ha supuesto ningún problema, sino que simplemente los vehículos circulan más despacio", según destaca Garau.

En el lado de la autopista de Llevant, el ingeniero apuesta por incrementar los pasos de cebra y las regulaciones semafóricas.

El grupo de urbanistas que ha redactado el proyecto impulsado por el Colegio de Arquitectos también contempla realizar las actuaciones de forma paulatina, aunque considera imprescindible que se apruebe un plan director que unifique el frente marítimo, establezca cómo intervenir en cada tramo y esté consensuado por las fuerzas políticas.