Los clientes que ayer paseaban y compraban en los comercios del centro que estaban abiertos eran unánimes a la hora de valorar la posible prolongación de la medida durante la temporada baja. "Cuando cierran los domingos, Palma está muerta, sobre todo por la tarde", destaca Encarna Martín poniendo voz a una opinión generalizada. Reconoce que "el pequeño comercio lo tiene peor, sale perdiendo, porque para poder abrir tiene más dificultades", pero la libertad de apertura dominical "da vida a la ciudad".

Además, según recuerda otra compradora, Elizabeth Barceló, "es el único día de la semana que muchos tenemos para ir de paseo y de tiendas. Yo necesito airearme así", afirma esta estudiante.

En cambio, era la primera vez que Marian Bonet y su familia se iban de compras un domingo, pero les pareció estupendo que muchos comercios estuviesen abiertos. "Entre semana es imposible por el trabajo y los sábados tenemos que hacer otras actividades. Es más práctico ahora, porque hay más margen de maniobra y no tienes que concentrar todo en un solo día", tal como ejemplifica.

Otra clienta que ayer paseaba bajo los soportales de Jaume III era Norma Beatriz Garcilazo, una asidua a ir de compras el domingo. El motivo es que trabaja durante toda la semana, por lo que "es muy cómodo saber que tienes este día para venir". A Franco Rubén también le parece bien, aunque supone que "a los trabajadores no les debe de hacer mucha gracia".