La playa de Ciutat Jardí tiene un nuevo aliciente: un parque para el ejercicio físico. Es el único de este tipo que hay junto a la costa palmesana y gana adeptos cada día. Está dirigido principalmente a personas mayores y con problemas de movilidad, pero también es habitual ver a jóvenes y muchos niños porque al lado hay otro espacio infantil. Una de sus usuarias, María del Carmen González tiene claro el motivo: "Es más saludable que estar encerrado entre las cuatro paredes de un gimnasio. Además es público y puedes ver el mar".

Lamenta que no instalen más zonas de este tipo a lo largo de la costa palmesana. "La primera línea es el lugar ideal para estos espacios y deberían habilitar varios hasta s´Arenal ", reclama. La crisis económica es una buena aliada para entender esta elección. González no puede pagar la cuota de un gimnasio y opta por la vía más económica.

Este espacio público dispone de diez tipos diferentes de aparatos con los que ejercitar distintas partes del cuerpo como elevación y movimiento circular de brazos, cintura, estiramientos, paralelas, brazos y pectorales, escalera de manos y dedos, abdominales, piernas y bicicleta.

Un cartel advierte de que deben utilizarse con precaución y hay que consultar al médico antes de realizar los ejercicios. Los menores deben estar supervisados por un adulto.

La alemana Gudrus y su hija Celine ya tienen experiencia en estas áreas deportivas públicas porque las han empleado en otras ciudades que han visitado como Barcelona, Bilbao y Lanzarote. "Los aparatos todavía funcionan bien. Espero que siga así porque normalmente se descuida su mantenimiento", señala Gudrus.

Precisamente el cuidado permanente de estas piezas deportivas y una mayor vigilancia es lo que reclaman los usuarios. Carmen Delgado es minusválida y lleva una faja ortopédica. Hace rehabilitación en el hospital Sant Joan de Déu y le va bien ejercitar las muñecas y las manos en el parque de Ciutat Jardí. "Los mecanismos de algunas manivelas ya están rotos y si siguen así nos quedaremos sin espacio en poco tiempo", se queja Delgado.

Deportistas multifacéticos

La costa palmesana es la plataforma elegida por una gran variedad de ciudadanos para ejercitar su cuerpo. Algunos de ellos combinan sus caminatas o carreras a pie, en bicicleta o con patines con estas piezas de gimnasio al aire libre.

Es el caso de Nuria Borrás. "Antes iba al gimnasio pero hace meses que he optado por caminar o ir en bici. A veces uso el servicio de Bicipalma", explica. Ella mueve los pies con un de estos aparatos mientras ve el mar.

Pero no todo es idílico para los deportistas en esta zona. Patinadores, caminantes, atletas y ciclistas tienen que convivir en un espacio limitado y muchas veces ese equilibrio se rompe. Los patines y las ruedas de las bicis alcanzan en ocasiones velocidades excesivas que crean situaciones de riesgo de choque. Nuria Borrás considera que con carriles bici tan estrechos en el paseo marítimo, sobre todo en la zona situada frente a la Catedral, resulta difícil conseguir el respeto entre patinadores, ciclistas y atletas.

Rosa González, que vive en la zona del edificio de Gesa, se traslada cada día caminando hasta Ciutat Jardí para probar todas las piezas deportivas menos las de abdominales. "En Palma sólo han puesto tres zonas de este tipo y la costa podría tener muchas más", señala esta usuaria.

En Ciutat hay otros tres parques para hacer ejercicio físico en Son Gibert, el Parc de sa Riera y Sa Faixina. Todos ellos requieren un uso moderado y disponen de carteles explicativos. Son circuitos lúdicos cerrados para mayores.