Síguenos en redes sociales:

Palma a la vista

Miss Fleur llega al parque

Una pastelera alemana y un cocinero argentino desafían la tormenta económica y abren en ses Fonts

Un reloj que siempre marca la misma hora. No es el bar de Lisboa donde filmó Alain Tanner La ciudad blanca. No, es la casa de Miss Fleur, que huele a mantequilla, a harina, a azúcar, a chocolate. Mira Künnecke y Rodrigo Virgillo han plasmado su "sueño" común en una panadería-pastelería que ha convertido el parque de ses Fonts en un lugar muy dulce.

Tiene un aire provenzal, de sillas y mesas lacadas en color crudo, con un fondo violeta en algunas de sus paredes. Le entra la luz sin piedad y los reflejos de los árboles del parque se siluetean en la ventana. Puedes sentarte en el sofá, leer la prensa y tomarte un café con crumbling cake o un banoffe o un coco caramelo. Hasta trece tipos distintos de cakes, aparte de los "clásicos" pudines, crema catalana, crepes rellenos, profiteroles y alfajores de maizena, ofrece Miss Fleur, entre otras suculencias.

Hace apenas una semana que llegaron al parque. Felices de haber encontrado "el lugar". Cuentan que estuvieron "meses" hasta dar con este local que es, a la vez que obrador, horno. "Buscamos por toda la isla. Nos gustó este lugar por su ambiente familiar y, por supuesto, por la belleza del parque. Queremos que la gente se sienta cómoda, en un ambiente cálido", señala Mira.

Cuenta que cuando conoció a su actual marido, "él empezó a contarme lo que quería hacer. ¡No me lo podía creer! Coincidía totalmente con mi sueño, tanto que le pregunté: ¿Oye, quién te lo ha contado?".

Ella es alemana. Se formó como repostera en Hamburgo. Él es cocinero y estudió en Buenos Aires, su tierra. Los hilos de los fogones les unieron. Se conocieron en el hotel Arabella, donde ella trabajaba como pastelera y él de cocinero. Les separaba una planta, obstáculo que era salvado por Rodrigo que no dudaba en subir al piso de arriba "¡a ver si pillaba algo!", ríe Mira. Y pilló.

Habían probado suerte por separado en distintas ciudades hasta que decidieron instalarse en Palma. El argentino lleva ocho años y medio en la isla. Mira, seis. Antes de llegar a Mallorca, él trabajó en Lugo y ella, en Londres y Valencia. El fuerte de los dulces es mano de Mira, aunque Rodrigo aporta lo suyo. Ni qué decir que no falta el dulce de leche.

Aparte de la calidad de los ingredientes, la elegante decoración de las tartas y postres –"utilizó siempre productos naturales, y si alguien me pide una tarta decorada con dibujos, no uso plantillas", apunta la pastelera–, les caracteriza la mezcla de recetas, la libre interpretación de algunos clásicos como el pastel de zanahoria, tan inglés él.

La pareja ofrece, además, sus tartas, bombones, "especialidad de la casa", apuntan, por encargo. Entre las tartas nupciales, hechas con flores artesanales, está la rellena de mousse de chocolate y mousse de vainilla, o la de dos alturas, con decoración de chocolate y pasta de azúcar, rellena de mousse de vino blanco y limón. Ahora, el pastel preferido de Rodrigo es el chocomira brownie. Mejor no decir qué lleva porque sólo con escribir los ingredientes, uno engorda. ¡Imagínese leerlos! A Mira Künnecke le gustan las flores, tanto que se las ponía en el pelo y "siempre tenía flores conmigo". De ahí que sus amigas le pusieran el mote de Miss Fleur, que desde hace ocho días habita en el parque quizá porque "aquí te olvidas del tiempo". El reloj sigue detenido.

Pulsa para ver más contenido para ti