Los castillos de arena que los artistas del verano construyen en la Platja de Palma para ganarse una propina son más estables y consistentes que el Plan de Reconversión Integral de la zona turística. Hasta agosto, la palabra más utilizada por los partidos políticos que conforman el Parlament fue "unanimidad" al aprobar el proyecto. Pero la arena no estaba compactada y, en cuanto llegó la primera ola, todo se resquebrajó. Mañana tal vez echen un cubo de agua a la gran estructura que comenzó a idearse hace dos años. La reunión de la junta rectora del Consorcio de la Platja de Palma tiene que decidir si suspende o no la tramitación del plan. El motivo de deshacer todo lo andado es la contestación vecinal y hotelera que estalló en agosto, cuando dicho proyecto se presentó a exposición pública después de ser aprobado inicialmente. A seis meses de las elecciones municipales y autonómicas, todos los partidos tienen miedo de aprobar cambios urbanísticos que suponen paralizar licencias de obra e incluso llegar a realizar expropiaciones de viviendas. No quieren en su contra a los ciudadanos y empresarios que les tienen que votar.

Sin embargo, el Plan de Reconversión Integral (PRI) es muy importante para el futuro turístico de la Platja de Palma como para echarlo a perder. Por eso, parece que la reunión del Consorcio intentará salvar los muebles y la propuesta no se paralizará por completo. Hay decisiones en las que los políticos están de acuerdo, por lo que la junta rectora (formada por el ministerio de Industria y Turismo, el Govern, el Consell y los ayuntamientos de Palma y Llucmajor) podría elaborar un documento de mínimos para así poder continuar.

Por ejemplo, permitir que los hoteleros empiecen o prosigan las obras de reforma previstas en sus establecimientos; impulsar la rehabilitación de viviendas obsoletas a cargo del Consorcio; seguir negociando la adquisición de inmuebles o solares objeto de reconversión si sus propietarios están de acuerdo; anular definitivamente el bulevar y aparcamiento subterráneo previstos en Can Pastilla; eliminar del plan las llamadas ´catedrales´, es decir, aquellos edificios emblemáticos que pretendían construir y que algunos partidos rechazan; iniciar la red de carriles-bici de la zona turística; aprobar definitivamente que el humedal de ses Fontanelles sea un gran parque público y otros proyectos no polémicos.

Por el contrario, dejarían en el cajón las expropiaciones de viviendas, comercios y hoteles cuyos propietarios se opongan. De este modo, el Plan de Reconversión podría continuar tramitándose y ser ejecutado por partes. En estos momentos, el Consorcio de la Platja de Palma está estudiando las más de 1.400 alegaciones presentadas. Según la Federación de Entidades Ciudadanas de Palma (Fepae), hay unos 900 afectados por expropiaciones, cambios de uso o propuestas de compensación urbanística, por lo que si finalmente se aparcan los proyectos más espinosos y contestados por la ciudadanía, la mayoría de las alegaciones serán respondidas a favor de los afectados.

El sector turístico

Hace más de una década que los hoteleros exigen a las administraciones públicas que aprueben un plan de reconversión para esta obsoleta zona turística. No obstante, ahora que ha llegado el esperado momento han surgido las discrepancias, debido a que la aprobación inicial presentada en agosto no es del agrado del sector. La asociación de hoteleros de la Platja de Palma rechazó a finales de ese mes la reducción de plazas turísticas prevista por el Consorcio a largo plazo y criticó que este organismo –que aglutina a todas las instituciones públicas– no consensuó con ellos el necesario plan. Nunca se han opuesto a una reforma, pero recientemente han surgido voces que ponen de manifiesto que hay empresarios a los que no les interesa cambiar el modelo de turismo barato de la zona, debido a que sus establecimientos de la Platja de Palma son "los más rentables".

Lo mismo opina el todopoderoso TUI. El mayorista alemán que más turistas trae al Balneario 6 afirma respecto a la manida degradación que "el ruido que se hace no se corresponde con la realidad" y asegura rotundo: "Es la zona más estable de nuestro portafolio. Las reservas anticipadas para el próximo verano marchan a un ritmo histórico. Dentro de veinte años seguirá siendo un destino muy importante".

Además, el tercer vértice del turismo alemán, Air Berlin, advierte: cuidado con transformar todos los hoteles en cuatro y cinco estrellas, porque el turismo de masas garantiza las numerosas conexiones aéreas que existen entre Alemania y Balears. Si este tipo de turismo barato desaparece de la Platja de Palma, puede provocar un efecto dominó e impedir que vengan también los visitantes de categoría.

De la idea a los hechos

El Consorcio de la Platja de Palma se creó durante la pasada legislatura, pero no fue hasta 2008 cuando tuvo las líneas maestras para definir el futuro de la zona. Ese año convocó un concurso internacional de ideas que ganó el equipo de arquitectos holandés West 8, por lo que fue quien se encargó de redactar el plan estratégico. A partir de ahí, diferentes equipos de arquitectos locales desarrollaron esta idea inicial y redactaron el polémico Plan de Reconversión Integral (PRI). La primera contestación social se produjo porque este documento preveía construir un bulevar y un aparcamiento subterráneo en Can Pastilla que obligaba a derribar 91 viviendas. De inmediato, los afectados se movilizaron y consiguieron la palabra del president del Govern, Francesc Antich, de paralizar el proyecto.

A continuación aparecieron las voces discordantes de los afectados de s´Arenal. El anuncio de derribo de dos torres de pisos para convertir el Torrent dels Jueus en un parque también puso en pie de guerra a los residentes. Cada día se conocían nuevas propuestas y aparecían más oposiciones. Los partidos políticos empezaron a recular y a mostrar sus dudas sobre las bondades del plan aprobado inicialmente. La gerente del Consorcio, Margarita Nájera, se sentía cada día más "ninguneada", incluso por los líderes de su propio partido. Un miembro de su equipo llegó a decir: "Si nos quieren sólo para arreglar grietas, que no cuenten conmigo". Esta semana se ha rumoreado insistentemente sobre la posible dimisión de Nájera, aunque por ahora el castillo de arena no se ha desmoronado del todo.