El Proyecto de Reforma de la Playa de Palma ha pasado en cinco meses de contar con el consenso de todos los grupos políticos con representación parlamentaria a tener al Govern y a todos los partidos en contra, además de a una multitud de vecinos, comerciantes y hoteleros afectados que han presentado hasta el día de hoy más de 1.400 alegaciones. Los mismos partidos que el 30 de julio aplaudieron en el Parlament la aprobación de la Ley que daba base jurídica a la intervención y señalaron que aquella era una jornada histórica, fueron poniéndose poco a poco del lado de los vecinos y en contra de los proyectos más polémicos. El mismo Antich tuvo que ordenar la paralización del derribo de 91 viviendas en Can Pastilla para construir un bulevar y un aparcamiento, así como asegurar a todos los sectores afectados que el plan que ahora permanece en exposición pública sufriría importantes modificaciones. Lo volvió a repetir hace una semana y el martes insistió en Londres. Nájera cuenta con 127 millones de presupuesto para este año. Pero su plan inicial se desmorona.