La crisis económica les ha pillado a contrapié. Los promotores que construyeron edificios de fachadas de cristal azulado en el polígono de Son Valentí no contaron con que deberían mantenerlos impolutos y vacíos durante tanto tiempo. La idea era crear un nuevo centro de negocios entre la vía de cintura y el polígono de Can Valero, un lugar lleno de solares aún por desarrollar y con las condiciones idóneas para ubicar oficinas: cerca de Palma y con facilidad de aparcamiento. Sin embargo, la crisis y la consiguiente incertidumbre han provocado que sólo haya dos edificios ocupados de los seis inmuebles que ya han terminado de construir. En el resto de los solares sigue creciendo la maleza o tienen obras paralizadas o a medio gas.

Los letreros de ´se venden´ o ´se alquilan´ despachos y locales son una constante en los inmuebles situados en el camí dels Reis, las calles del Calçat y la Maquinaria, y aledañas. Los citados seis edificios finalizados suman más de 20.000 metros cuadrados para oficinas, de los que sólo alrededor de 3.000 metros se encuentran ocupados o no están disponibles, debido a que ya han sido adquiridos, tal como detalló la consultora inmobiliaria Richard Ellis.

Precios rebajados

El responsable de oficinas, Juan Puigserver, detalla que el llamado Edificio Son Valentí, al inicio de la carretera de Puigpunyent, "sólo tiene 200 metros cuadrados libres, de los mil destinados a despachos; y el conocido como Confort tiene 800 metros cuadrados disponibles, de los 3.000 que ocupa en total". El resto de inmuebles están libres, tanto para venta como alquiler, y a precios que se han reducido hasta un 20 por ciento respecto a antes de la crisis económica.

No obstante, el responsable de Richard Ellis matiza que el precio "depende de varios factores, como por ejemplo que el promotor esté ahogado económicamente, que la división horizontal de las plantas para habilitar las oficinas haya sido hecha o que tengan la instalación de aire acondicionado, luz, cables y conexiones informáticas, falsos techos y lo necesario para poder ocuparlos enseguida".

Alquilar un despacho a punto para usar cuesta una media de diez euros el metro cuadrado al mes, cuando anteriormente los precios llegaban a los 11,5 euros el metro cuadrado o más.

La experiencia de Puigserver en el polígono de Son Valentí y otros similares le ha confirmado que "es mucho más fácil alquilar que vender". Cuando el promotor del edificio no tiene claro si quiere arrendar las oficinas o venderlas, no realiza la división horizontal de las plantas del inmueble, para que los interesados puedan elegir los metros cuadrados que desean. Sin embargo, de este modo no pueden ofrecer su producto con todo el equipamiento necesario, algo que no atrae a los posibles clientes que buscan un alquiler, explicó.

Sin financiación

Promotores como Cursach, Konike o el grupo Toledo tienen a la venta sus inmuebles e incluso cuentan con algún posible cliente, pero se encuentran con el cierre del grifo de los bancos. "Las ventas están prácticamente paralizadas por la falta de financiación bancaria, por lo que los clientes no pueden optar a la compra", tal como concluye Juan Puigserver sobre otro de los problemas de esta crisis.