El magistrado Manuel Penalva resalta en su auto de apertura de juicio oral que Óscar Collado y su esposa, que empezó a trabajar fuera de casa hace poco tiempo, llevaron, durante años, un "elevadísimo nivel de vida", superior a los ingresos conocidos del segundo como gestor de la funeraria municipal. El juez enumera las propiedades inmobiliarias, los coches de clase media-alta, y los ingresos en metálico de origen desconocido de los que disfrutó la pareja en esa época. El auto apunta a que ese dinero procedía de los delitos cometidos por el gestor de la EFM.