"En el local, había tres cosas que estaban prohibidas: los menores, las drogas y hablar de los clientes". El propietario de Casa Alfredo –el club de alterne donde se registraron la mayoría de gastos de Rodrigo de Santos– negó ayer que en su local estuviese a la orden del día la transacción con sustancias estupefacientes. Se trata de una cuestión clave en el juicio contra De Santos, porque éste esgrime como atenuante de su conducta su adicción a las drogas y afirma que, por eso, acudía a este tipo de locales.

En su declaración como testigo citado por la Fiscalía, Alfredo Gómez aseguró que conocía a De Santos antes de que éste entrara en el ayuntamiento de Palma. "Teníamos una fuerte amistad como cliente del establecimiento", declaró Gómez, quien aseguró que "nunca lo vio bebido ni fuera de sí". "Era una persona muy educada y muy correcta", agregó.

El dueño de Casa Alfredo explicó que, cuando venía un cliente, se le hacía entrar en una habitación y se "hacía la pasarela", presentándole a hombres y mujeres. El precio por un servicio de acompañamiento de una hora ascendía a 70 euros. Ante esto, el fiscal remarcó que esta cantidad y sus múltiplos (140 euros, 210 euros...) constituyen los montantes que más se repiten en los cargos de la tarjeta realizados por el ex concejal de Palma.

Los ´camellos´ de Gomila

A pesar de que Gómez subrayó que en el local estaba prohibida la droga, cuando se le preguntó si tenía constancia de que los trabajadores del local hubiesen podido salir del para conseguir en algún momento sustancias estupefacientes para los clientes, respondió lo siguiente: "En plaza Gomila, hay un ´camello´ en cada esquina", dando a entender que era fácil obtener droga en la zona. El fiscal le inquirió sobre la posibilidad de que alguien hubiese podido manipular la tarjeta de crédito de De Santos para cobrarle de más. En la declaración anterior, el ex regidor había dicho que se había "sorprendido" al encontrarse tiques que no reconocía, argumentando que, a veces, "firmaba lo que le ponían".

En relación a esta cuestión, Alfredo Gómez negó esta posibilidad, dijo que no se manipuló en ningún caso la firma de De Santos y alegó que "nunca hubo una protesta" por parte del ex regidor. Gómez detalló asimismo que llegó a avanzar dinero a De Santos.

De Santos, en Casa Alfredo

En la primera jornada del juicio, declararon también los agentes que participaron en un registro policial que hubo en Casa Alfredo la noche del 22 de octubre de 2007. "Lo encontré (a De Santos) en el establecimiento, en una habitación donde había un maletín con objetos sexuales. No vi indicios de que en esa habitación se hubiera consumido droga. El acusado no estaba fuera de sí. Estaba tranquilo, colaborando", declaró uno de los policías citados a declarar por la Fiscalía. Otro de los agentes manifestó que las únicas sustancias estupefacientes que hallaron en el local fueron dos botes de popper, un tipo de droga utilizado en determinados ambientes homosexuales.

Ante estos testimonios, la defensa –representada por José Ignacio Herrero– quiso puntualizar que en aquella época De Santos ya no era regidor en el ayuntamiento de Palma. El abogado defensor también preguntó a los policías si el objeto de su registro era encontrar droga y si, a tal efecto, practicaron un exhaustivo control entre todos los presentes. Los agentes respondieron que la finalidad del registro no era hallar sustancias estupefacientes, sino, preferentemente, trabajadores extranjeros en situación ilegal.

Gastos en juergas

Por otro lado, declararon dos integrantes del Grupo de Delitos Económicos de la Policía Nacional que se encargaron de investigar los cargos de la tarjeta de crédito de De Santos, en marzo de 2008, a instancias de la Fiscalía.

Estos policías detallaron que identificaron los negocios en que se habían realizado los gastos y que, después, se entrevistaron con sus responsables. Según los agentes, cuando hablaron con los propietarios de los locales, éstos reconocieron al acusado como un "cliente habitual" y dijeron que los gastos de la tarjeta "se debían a las juergas que se organizaban".

Los miembros del Grupo de Delitos Económicos fueron quienes llevaron la primera citación a De Santos para que declarase ante la Fiscalía.

"Su primera reacción fue de sorpresa. Nos preguntó si eso era de verdad un delito", explicó uno de los policías.

Alfredo Gómez

"En el local, estaban prohibidos los menores, las drogas y hablar de clientes. La policía nunca encontró droga ni menores "

"Él sabía lo que hacía cuando firmaba los tiquets. No estaba bebido ni fuera de sí. Era una persona muy educada y correcta"

Agente de Policía

"Cuando encontramos a De Santos en Casa Alfredo, no vimos indicios de que hubiera consumido droga. Estaba tranquilo, colaborando"