Las acusaciones que recaen sobre el ex gerente de la EFM (Empresa Funeraria Municipal) se basan en que durante su gestión se podría haber beneficiado del trasiego de tumbas, nichos y ataúdes en los cementerios de la ciudad. Según dicen, Óscar Collado podría haber cobrado algún tipo de comisión por estas operaciones propias de los cementerios.

Los investigadores del Grupo de Blanqueo de Capitales de la Policía Nacional sospechan además que el constructor amigo de Collado y él pudieron ponerse de acuerdo para lucrarse mediante el hinchado de facturas y recibos por trabajos, la simulación de encargos y otros métodos.

Otras de las anomalías que se están intentando esclarecer versan sobre un presunto trato de favor a determinados clientes o entidades relacionadas con el sector. En este sentido, los actuales responsables de la Funeraria detectaron que el ex gerente realizó, sin consultar, una política de importantes descuentos en las tarifas de algunas compañías y otros grandes clientes de la EFM.

Collado comenzó como gerente en la época del alcalde Aguiló y siguió con Fageda, Cirer y Calvo, hasta que dimitió en marzo de este año tras otro escándalo relacionado con facturas de viajes privados.