La plaza de Espanya es el eje principal de unión de la Palma antigua con la nacida de la desaparición de la mayor parte de las murallas que rodeaban la capital mallorquina. A la vez, fue una zona en donde confluyeron los ramales de los ferrocarriles que unían Palma con varias comarcas de la isla. De las diferentes líneas férreas que formaban la espina dorsal del transporte interior de la isla durante décadas, ante el ímpetu de la motorización, sólo quedan las de Sóller y la de Inca, prolongada hasta sa Pobla recientemente

Aunque la primera estación de ferrocarril de Mallorca comenzó a funcionar en 1875, según planos del ingeniero Eusebi Estada, al que se le recuerda con una importante vía lateral al Hotel Términus que data de aquel año, la plaza situada frente a ella no nació paralelamente a la desaparición del lienzo amurallado de Palma sino hasta 1901, según el plan urbanístico diseñado por Bernat Calvet. La estación del tren de Sóller, de estilo modernista, y que aún se mantiene en superficie, no se construyó hasta 1912. Desde fecha reciente la línea a Inca y sa Pobla, a la que se ha sumado la que une la ciudad con la Universidad, se encuentra soterrada. Proyecto que se llevó por delante un primer Parc de les Estacions, que costó lo suyo en dinero y trabajos. Ahora, sobre el soterramiento de las estaciones y el aparcamiento construido hace más de un año, se ha levantado otro parque ya abierto.

Una estatua del rey Jaume I, obra de Enric Clarassó y que con toda solemnidad fue inaugurada en 1927, en plena dictadura del general Primo de Rivera, domina la plaza de Espanya. Lugar predilecto de las palomas que se mueven por esta plaza, por lo que la estatura del Conqueridor, realizada en bronce, a lo largo de su historia ha sido limpiada y restaurada varias veces. Monumento alrededor del cual giran las celebraciones de la víspera del aniversario de la conquista de Palma por las huestes de Jaume I. También es un lugar en donde, varias veces al año, se celebran manifestaciones de todo tipo. En navidades la plaza acoge un mercadillo. Cerca de la estatua ecuestre de Jaume I se mantiene la estación meteorológica, un lugar muy visitado ya que esta plaza, con un variado arbolado y jardines, es confluencia de mallorquines, turistas e inmigrantes.

En la esquina de esta plaza con la avenida de Juan March, inaugurada en 1916 y con algunas reformas encima, se encuentra el edificio del Bar Cristal, establecimiento que es una auténtica institución en la ciudad y cuya terraza es lugar de reunión compartido por isleños y turistas. En los años sesenta se alzó el edificio del banco Crèdit Balear.

Uno de los negocios más antiguos de esta plaza es Can Tarongí, como indica Antoni Tarongí, tercera generación junto a su hermano Miquel que sigue en este negocio especializado en fontanería, a la vez que vende material de cocina. El y su familia han visto muchos cambios en esta plaza, y algunos no acertados.

La conselleria de Sanidad está en la esquina de la plaza con el Bastió d´en Sanoguera. Y al otro lado de la avenida de Alexandre Rosselló se localiza fácilmente el casi rascacielos Avenida, que se transforma ahora en hotel de lujo.