PENSAMIENTOS

Carta a un joven mallorquín

Quiero decirte que, pese a tu asfixiante situación económica, eres un privilegiado por haber nacido aquí y ahora

Imagen de archivo de un grupo de jóvenes en un botellón.

Imagen de archivo de un grupo de jóvenes en un botellón. / EFE

Felipe Armendáriz

Felipe Armendáriz

Palma, a 5 de marzo de 2014. Querido amigo: te escribo esta carta porque ignoro totalmente los entresijos de «TikTok» o «Instagram», así que utilizo un sistema «viejuno».

Son cuatro cosas, cuatro ideas las que te quiero expresar. No pretendo fardar de sabelotodo. Tampoco quiero endilgarte un sermón, cosa que, pienso, sería inútil. Únicamente me gustaría transmitirte lo que ha aprendido por mi experiencia vital.

Lo primero que te quiero contar ya lo sabes: lo jodido que lo tienes para poder buscar una casa e independizarte de tus padres. Dos son los factores que te llevan a un callejón sin salida. Y a una lógica frustración. Primero el precio de la vivienda en la isla se ha disparado. Cualquier cuchitril de segunda mano cuesta un ojo de la cara. Los alquileres están por las nubes.

En segundo lugar tu actual condición (y me temo que duradera) es la de mileurista. Por mucho que te hayas preparado currándote los estudios, por mucho máster que tu familia, sufriendo, te haya podido costear, la filosofía actual es pagarte lo mínimo. Es el capitalismo, amigo.

Comprendo que tu máxima ilusión, visto lo visto en las redes, es hacerte rico ya y sin esfuerzo. Es un sueño legítimo, pero hay que tener los pies en el suelo.

«Nadie da duros a tres pesetas» (te preguntarás qué es un duro); «no todo el monte es orégano» (eso sí lo sabes de las pizzas). Te aconsejo que no te metas en criptomonedas, ni en redes piramidales.

Me consta que has vendido tu huella del iris a cambio de humo. Ha sido una tontería; ya aprenderás.

Quiero decirte que, pese a tu asfixiante situación económica, eres un privilegiado por haber nacido aquí y ahora. Sé que no te preocupa mucho la política, pero estás al día de lo que sucede. Tus padres te dicen que vayas a votar, aunque en algunas elecciones pasas de acudir a las urnas porque la víspera te has ido de fiesta.

No puedes esperar que los gobernantes te vayan a mejorar las cosas. Olvídate de que te favorezcan el acceso a una vivienda digna; ellos están a lo suyo, que no es lo nuestro. Tú tampoco es que seas muy solidario.

Me dice tu abuela que ya te han pillado dos veces haciendo botellón en el Polígono de Son Castelló. Vas a las discotecas, pero te cobran una pasta por los cubatas. Sale más barato comprar la ginebra en el Lidl y montarse la fiesta en la calle. Ya te han llegado dos multas de 90 euros cada una…

Tienes la enorme suerte de dominar dos idiomas: castellano y catalán. También posees rudimentos de inglés y hasta has estudiado algo de alemán. Saca provecho de todo eso; no margines ninguna de las lenguas. Eres rico, aunque no lo sabes.

Hoy por hoy en la isla no falta trabajo. El turismo va como un cohete, pero siempre corremos el riesgo de que una guerra, una crisis económica, una epidemia mundial lo seque. Dios no lo quiera.

Es difícil elegir una profesión cuando uno es inmaduro. Sabemos lo que nos gusta y lo que nos disgusta, pero podemos equivocarnos. No pasa nada. El sistema permite, no sin dificultades, cambiar de sector o de actividad. Hay que saber adaptarse.

El fútbol sí que te apasiona. Sé que, como buen mallorquín, eres más del Barça o del Madrid que del «Mallorqueta». Disfruta, que la vida es corta.

«Bro», no quiero «torrártela». Te deseo lo mejor.

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