El mercado d’en Pere Garau

El Diario de Mallorca del pasado 25 de octubre daba una información que me resultó interesante y motivadora, la barriada d’en Pere Garau de Palma se ha sublevado contra el Ayuntamiento por una cuestión de unas obras que programó el anterior consistorio y que ahora se realizan en su mercado, el mercat d’en Pere Garau. El mal gusto, inspirador del proyecto, es la causa del enfado en el mercado y en el barrio. Al parecer y según manifiesta la presidenta, Paquita Bonnin, «la parroquia» d’en Pere Garau se ha revuelto, con razón, contra la falta de sensibilidad del Ayuntamiento que decidió sustituir la cubierta de tejas mallorquinas, «árabes», dice Paquita, por un revestimiento de plástico y aluminio. El rechazo a esta intervención y a la falta de sensibilidad es compartido por los placers, comerciantes, y, todo el vecindario y también por ARCA, entidad conservacionista que realiza una encomiable labor de denuncia y protección. Doña Paquita ha dicho que los placeros están indignados y que ella «luchará para que les devuelvan las tejas que había antes y para que el mercado siga valiendo algo arquitectónicamente», «desde que el equipo de gobierno anterior proyectó la reforma del tejado -dice Paquita- reclamamos por activa y por pasiva que no se quitaran la tejas». ¡Enhorabuena doña Paquita! Seguramente pensaron que estos señores del mercado no se amotinarían por un quítame esas tejas de la techumbre y mucho menos que se iban a revolver los vecinos y comerciantes y, todo un modesto barrio. Posiblemente los técnicos municipales y los regidores que aprobaron la reforma no podían imaginar que estos señores de Pere Garau tuvieran más sensibilidad que ellos, y se equivocaron. En el barrio tienen una asociación llamada FLIPAU AMB PERE GARAU que ha explicado que como son un «barrio de segunda para la administración», no les han hecho caso y se han permitido sustituir las tejas por «plástico y chapa». Pero ellos insisten: «Queremos el mercado con nuestras tejas». ¡Bien doña Paquita!, y bien por la asociación Flipau y, yo me sumo a su protesta y además me pregunto ¿dónde están las tejas?

El mercado de Pere Garau fue proyectado por el arquitecto Guillem Forteza e inaugurado en 1943, es un edificio de arquitectura regionalista, sin pretensiones, tiene unas arcadas que dan carácter al edificio y sobre todo tenía un tejado «molt nostro». El barrio disfruta de una antigüedad de unos cien años. Hoy sus habitantes son básicamente inmigrantes, provenientes de la península y de países asiáticos, forman un grupo intercultural que desarrolla actividades comerciales y de restauración. Hace años era uno de los barrios más populosos de Palma y contaba con diversas salas de cine, allí estaban, el Hispania, el Fantasio, el Metropolitan, los Multicines Chaplin, allí hubo un fabrica de anís de marca «La Paloma». Esta marca ha dado nombre a un Grupo de Teatro mallorquín. Hoy esta zona de Palma sigue teniendo una especial vitalidad, se organizan allí talleres de boleros, y de sevillanas, en el mes de agosto celebran sus fiestas patronales y cuentan con mucha concurrencia. Nos tenemos que alegrar de que esta gente rechace una actuación equivocada y que desde orígenes diversos defiendan lo suyo, que es lo nuestro y quieran evitar que se consolide un atentado contra el patrimonio arquitectónico e histórico, rechazo con el que demuestran que tienen más seny que quienes proyectaron y aprobaron una obra que desentona con el conjunto y atenta contra el buen gusto que casi siempre lleva inherente una arquitectura sencilla.

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