Mala noche en Génova

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Nadie podía imaginar en Génova que una victoria pudiera tener tanto sabor a derrota. Alberto Núñez Feijóo ganó las elecciones generales de este 23 de julio, pero se quedó muy lejos del objetivo marcado. Con el 97% escrutado el PP consiguió 7,8 millones de votos (ni 300.000 votos le sacó al PSOE) y 136 escaños. Ni suma de la derecha con Vox ni mucho menos, gobierno en solitario. La sorpresa no pudo ser mayor. Y la decepción, aun siendo primera fuerza, también.

Los conservadores no contemplaban en ningún caso el escenario que se confirmó ayer. Incluso en sus cálculos menos optimistas rondaban los 150 diputados. No haber llegado a los 140 implica un fracaso. Con el cierre de los colegios, la mayoría de dirigentes populares no escondieron sus nervios. Había incertidumbre. También en Génova. «Va a estar muy justo», reconocían. Pero la mayoría seguía confiando en la suma con Vox. Los dos partidos se quedan en 169 escaños. Incluso sumando a UPN y Coalición Canaria necesitarían cinco más. Y Santiago Abascal aportó una dosis de realidad: «Algunos han vendido la piel del oso antes de cazarlo», dijo en su sede a medianoche.

El pesimismo no tardó en llegar a todos los territorios del PP. Ni Andalucía ni la Comunidad de Madrid, los grandes feudos de este momento, cumplieron. «Nos han sobrado los últimos días de la campaña», asegura un barón que gobierna, en referencia clara a la recta final de este 23J, plagada de tropiezos de Feijóo, mientras el PSOE iba recuperando terreno.

Otros dirigentes territoriales apuntan a la penalización por los acuerdos con Vox. «Nunca hay que perder el centro», aseguraban los más veteranos de Génova lanzando la gran reflexión: si fue un error atar esas alianzas tan rápido y con unas elecciones generales convocadas, ahuyentando al electorado más centrista que el PP se llevaba trabajando un año. La realidad es que muchos electores que apoyaron al PP en sus autonomías y municipios, no confiaron en Feijóo ayer. Y mientras el líder del PP pide al resto de fuerzas su apoyo para gobernar, entendiendo que está legitimado con su victoria, la formación vuelve a entrar en shock.

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