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Miquel Àngel Lladó Ribas

La desigualdad no es cosa de hombres

Recuerdo que, en mi ya algo lejana juventud, existía un anuncio en el que se afirmaba que un conocido brandy era «cosa de hombres». Con ello se dejaba entrever que las emociones fuertes, un malentendido coraje, el arrojo y la valentía, eran cualidades implícitas al sexo masculino. Podríamos deducir de algún modo que la guerra, por tanto, así como la violencia sanguinaria y salvaje que inevitablemente lleva aparejada, se asocian mayoritariamente a los hombres. Desde este punto de vista, los horrores y el sinsentido de la guerra en Ucrania han producido que hayan pasado a un segundo plano otras pequeñas pero persistentes guerras unilaterales, violencias globales que recordamos cada vez que se aproxima un 8 de marzo como expresión de la más grande y cruel de las desigualdades: la que sistemáticamente, año tras año, deja un reguero de mujeres asesinadas por quienes a menudo aseguran que las aman más que cualquier otra cosa en el mundo, un sarcasmo feroz y despiadado donde los haya.

Abordamos pues un nuevo 8 de marzo con no pocos retos en lo que concierne a la libertad y la dignidad de las mujeres. Y no por repetido dejaremos de insistir en ello: los hombres no podemos permanecer de brazos cruzados ante las aún numerosas desigualdades que lastran la condición y el desarrollo de las mujeres como sujetos de derecho. No es únicamente la brecha salarial, que parece que poco a poco va disminuyendo. Es también su presencia en muchos ámbitos en los que son consideradas aún seres subsidiarios o de segunda categoría. Es valorar esas cualidades ligadas per se a la condición femenina y que habitualmente están fuera de los círculos de poder. Es en definitiva, otorgarles el estatus social y la consideración que merecen en un plano absolutamente igual al de los hombres. Para ello debemos organizarnos, trabajar codo con codo junto al movimiento feminista, es decir con las mujeres de toda clase, ideología y condición que sufren algún tipo de discriminación por el solo hecho de serlo. Es nuestro deber ético y moral no permanecer callados ante cualquier vulneración de esos derechos, visibilizar claramente nuestro rechazo a las desigualdades existentes aún entre ambos sexos, especialmente a aquella que, en virtud de una violencia a menudo consentida o tolerada, se ejerce impunemente sobre las mujeres.

Así lo hemos entendido en Homes per la Igualtat Mallorca, razón por la cual, un año más, llevaremos a cabo una nueva edición de Paraules per la Igualtat, un sencillo y simbólico acto en el que personalidades del mundo de la cultura, la docencia y el activismo social, entre otros ámbitos, llevarán a cabo la lectura de un texto relacionado con la necesidad de alcanzar la mencionada igualdad de derechos. El acto, que se llevará a cabo de manera telemática y en el que participarán, entre otros, la cocinera Margalida Alemany, el escritor Miquel Rayó, el matemático Josep Lluís Pol o la activista Leonor Taboada, tendrá lugar hoy 9 de marzo a las 19.30 h. Aprovecho estas líneas para invitar a quién lo desee a inscribirse de manera gratuita a través del siguiente formulario, https://forms.gle/w2upaF4Tu8d64mYo7, o bien solicitándolo por correo a nuestra dirección electrónica, homesperlaigualtatmallorca@gmail.com. El hecho de que todas estas personas, muchas de ellas hombres, quieran dar testimonio de esa necesidad no es en absoluto baladí: constituye un paso más hacia ese objetivo irrenunciable ante el cual todos unidos, mujeres y hombres, deberíamos avanzar sin tregua ni divisiones estériles.

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