Diario de Mallorca

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Alex Volney

El hombre del sombrero

Rafael Alcover Garau

Este señor de la foto me va a ir recordando a lo largo de este café compartido que es mucho más difícil tender puentes que ir destruyéndolos. Incluso comentando como la Generalitat de Companys supo salvar vidas de personas religiosas o conservadoras, mientras pudo. También servidor recuerda como Líster los iba dinamitando uno tras otro, en el Alt Empordà, para hacer más segura y viable la evacuación y así salvaguardar vidas inocentes de mujeres y niños que eran perseguidos hasta la frontera. En esos parámetros nos vamos moviendo desde hace mucho tiempo a la hora del intercambio de opiniones sobre todo lo que está pasando. Salvar vidas. Empatizar. Crear puentes o...dinamitarlos. Siempre deberíamos escuchar e incluso matizar para, algún día, poder salir de este maldito atolladero. 

  Rafel Alcover Garau nace en Palma en 1963 y es abogado en ejercicio. Se define como un letrado aficionado a la poesía que de joven leía filosofía española: Ortega, Zambrano... Autores del 98 y del 27 y por otro lado, y muy temprano, se aficionó a la poesía catalana pues en casa contaban con una importante biblioteca. Es sobrinonieto del poeta Joan Alcover. Devoción importante a la poesía pero dedicado a la abogacía, asegura. También tiene carnet del PP desde hace bastantes años. Muchas de las opiniones que ha vertido en este encuentro las expresa desde su perspectiva de cristiano comprometido y con formación en los jesuitas. Empezó en el turno de oficio y ha acabado en extranjería, «trabajo muy guapo pues veo a personas de todo el mundo». Asegura que disfruta de hablar castellano en su trabajo, muy a menudo, con personas bolivianas y colombianas. Del pueblo colombiano destaca la suerte de trabajar con sus compañeras de quien resalta la amabilidad y el espíritu siempre positivo. En los meses que no hace calor siempre luce una boina muy verdagueriana que solo sustituye por algo más sencillo cuando empieza la canícula. ¡Ah! Casi se me olvida, forma parte de la página de amigos de Puigdemont, espacio donde se mueve como pez en el agua expresando reflexiones e incluso propuestas, desde luego nada desdeñables.

  Sentencia que hoy está todo tan contaminado que si pretendes seguir siendo independiente o tener tu propio criterio, recibes de por todos lados. Recuerda las palabras de Menéndez Pidal «los males de España son la malignidad y el misoneísmo». «Ese espíritu inquisitorial, esa actitud sectaria, esa inacabable envidia. El miedo a lo nuevo. La división derecha / izquierda nos hace incapaces de avanzar». «Siempre he lamentado que la Guerra Civil fue el gran fracaso colectivo de España». «Tengo quejas para los dos bandos, llevamos dos siglos de confrontación no superada». «Nunca un partido ha dado una sola idea de España, debes votarme a mí, pues el contrario es un hijo de p…»., «cuando deberían aclarar qué proponen». Asegura que escucha todas las voces y lee diversidad de prensa, incluso la extranjera y «veo que están muy asustados con lo que está pasando aquí. En el SüdDeutsche Zeitung, sin ir más lejos, ven muy grave que dos cuerpos de policía ofrezcan recuentos tan distintos respecto a la participación en la última manifestación de Colón, un síntoma muy peligroso». Asegura que es muy difícil hacer un debate con normalidad, en este país , en cualquier extremo, dice, hay fuertes discusiones. «El Papa Francisco no viene a España, precisamente, por esta grave situación».

  Nuestro contertulio sigue avanzando en su discurso que lleva bien vertebrado incluso cualquier día de la semana y ofrece debate a quien se tercie. «El que protesta no es siempre culpable, puede que lo haga por tener razones. Yo en este sentido entiendo lo que pasa en Catalunya pero es incomprensible la postura política ante esta situación». «Sigue reinando la estupidez que viene dictada por la desesperación». «Mi trabajo es mediar entre las leyes de control de inmigración y el respeto a los derechos básicos de las personas que llegan», pero «sigue siendo, para mí, un valor universal defender mi cultura propia». Defiende que se debe tener una actitud abierta y esto «lo aprendí en unos cursillos con Eduardo Bonnin en 1991: Los hombres tienen derecho a la esperanza». «Defender la lengua catalana y la dignidad de los pueblos que la hablan, los llamados P.P.C.C., dentro de España es una realidad». «El tema catalán no se está solucionando, cada día está peor». Cualquier lector-a que tenga dos dedos de frente intuye que algunos líderes de la derechona más radical son auténticas fábricas de independentistas, idea a la que no pocas veces se llega con este heterodoxo tertuliano.

  «Mi tema primordial es el tema de la esperanza, que también es el tema principal de mi poesía». Claro, también es poeta. Nuestro personaje de hoy sostiene que lo que está pasando hoy es fruto de la desesperación. En otros tiempos los encuentros e intercambios de opiniones fueron más por temas botánicos o circunstancias de la vida de cada uno que no solamente esta deriva más jodidamente cotidiana de lo que nos acontece un día tras otro al leer en los medios o al escuchar la radio en este rodillo interminable de polarización. «Hay un problema y tiene que solucionarse».

 Rafel Alcover conoce bien que «una depresión es una crisis de esperanza». «Para mí la esperanza es la estrella polar del mundo sentimental, el corazón es regido por ella», «es el mismo sentimiento que me dice que si trabajamos todos juntos se puede encontrar una solución». «La convivencia es un arte difícil pero muy hermoso y el bilingüismo es bueno y además enriquece». No se ha dedicado a la política pero la sigue, de siempre, aunque cada día con más disgusto, dice, por el fanatismo y la visión totalmente cerrada. Carnet del PP.y amigo en la página de Puigdemont, claro que sí. «Si lo único que saben hacer es reprimir a los legítimos representantes democráticos de la mayoría de población catalana, esto solo consigue empeorar aún más y que el conflicto entre en una vía sin retorno», «estos políticos llevaron a cabo lo que la población les invitó a hacer», «el referéndum lo hizo el pueblo, están reprimiendo a todo un pueblo y esto así no se va a arreglar». «El distanciamiento con España es cada vez más grande», además «se pretende fomentar la división lingüística de manera muy ridícula». «Esta confrontación crónica es gravísima en un mundo con un gran problema epidémico y una crisis ecológica sin precedentes». «No puedo estar conforme que con meter a personas en prisión vayan a solucionar nada». «Tratan de forma muy simplista algo muy complicado». «Los problemas importantes no se combaten con consignas de Abascal o de Trump”.

Rafael Alcover Garau

Rafael Alcover Garau

Su padre había colaborado en prensa, y asegura Rafel que amó las dos culturas, la castellana y la catalana y él recuerda que de siempre le gustó que así fuera y haberlo vivido así en casa. «Mi padre fue un gran servidor público pero el «bon mallorquí que parlo és gràcies a ma mare». Fervoroso lector de poesía y narrativa. Poeta y autor de algún ensayo inédito que va llegando al epílogo de este encuentro en una tarde de agosto en el bar de al lado y en medio de un inmenso ruido. No hay muchas personas pero se nota el brío de una pequeña tropa que a gritos quiere, o piensa, acabar con tanta pesadumbre, tanto erte y tanto panorama incierto en una calurosa jornada de verano que mientras vamos acabando, este señor, equidistante de todo, termina desgranando en unos versos propios dedicados a Antonio Machado. Es viernes y a nuestro alrededor corren las cervezas. Definitivamente desentonamos. Este oficio de librero, a veces, guarda esos misteriosos instantes. Esas historias incontables ofrecidas de extranjis en fugaces momentos. Mientras nuestro rapsoda despliega sus versos no puedo evitar me vengan los relatos que muchos años atrás el abogado Alcover me narró íntegros en un episodio fascinante entre lo vital y lo humano, un tramo realmente esperanzador. Si ustedes son tan amables entenderán que ese capítulo forme ya parte de otro cuento. Muchas gracias.

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