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Palma, en pleno confinamiento.

Avanzamos, pero ¿hacia adónde?

Estamos viviendo unos momentos que pueden ser claves para encontrar y avanzar en el camino de salida del túnel, provocado por la epidemia del coronavirus que nos ha afectado a múltiples facetas especialmente la sanitaria, y la socioeconómica.

La pandemia nos afectó el mes de marzo hasta el mes de junio de 2020. El virus actuó en las personas, propagando el contagio. Fue necesario aplicar múltiples restricciones. Se nos confinó a vivir y convivir en nuestros hogares. Las actividades escolares, las sociales, las deportivas, las profesionales, las económicas… se suspendieron excepto las que se consideraron esenciales. Los afectados fueron múltiples, con cifras muy preocupantes de fallecidos. La estructura sanitaria desde el personal de atención primaria, la hospitalización, los cuidados intensivos…se adecuaron a las nuevas circunstancias, su gestión (con sus fallos) fue la adecuada, especialmente la dedicación del personal sanitario. Los efectos se han ido paliando: las incidencias, el número de afectados, contagiados y fallecidos disminuyen. La aplicación de las Vacunas es un hecho.

Pero corremos el riesgo de creer, vivir y convivir, como si fuera un hecho la victoria final. Las restricciones se descalonan. Es muy significativa la necesidad urgente de recuperación del ocio, de las relaciones, de la calle, de los espacios públicos, de los horarios… Pero el virus sigue vivo. Sigue de momento necesaria la mascarilla, la distancia, los espacios… La recuperación del botellón no corresponde sólo a los jóvenes incluidos los adolescentes, las últimas y penúltimas concentraciones callejeras tuvieron como protagonistas a ciudadanos/as de los entornos entre los 25 a 35 años. La vacunación es una realidad, aunque con cierta lentitud que puede extenderse a finales de agosto.

Si nos referimos a los efectos socioeconómicos de la pandemia, la Temporada Alta del 2020 fue un fracaso absoluto, lo que provocó una grave crisis económica, empresarial y social. En las actuales circunstancias se perciben ciertas posibilidades de recuperación de la actividad turística, dependiendo de la certeza de garantía sanitaria y de los inputs de los mercados de origen. La vacunación es la base, pero inquieta su lentitud. La demanda de nuestro producto turístico sigue «viva», pero condicionada a las medidas de control de los respectivos gobiernos (Gran Bretaña). De hecho los agentes turísticos básicos (transporte aéreo y empresarios hoteleros…) retrasan los «movimientos» significativos a julio. Tal situación nos ubica en un contexto socioeconómico preocupante. Los establecimientos hoteleros y de oferta complementaria abren en cuentagotas. Y se instalan en una actividad en torno al 40% de la temporada 2019, confiando en una prolongación hasta el otoño, incluido en octubre.

En referencia a la situación «social». Si a la cifra de desocupados (75.361) le sumamos los trabajadores en ERTE (unos 25.000) y los que están cobrando la prestación extraordinaria de fijos discontinuos (unos 50.000) en las Illes Balears tenemos 150.000 personas que no tienen trabajo remunerado y que lo necesitan con urgencia. Reproduzco la valoración de CCOO : «Esta situación tan desgarradora debe instar a las instituciones a trabajar decididamente en la reactivación económica - siempre y cuando la situación sanitaria lo permita- en la diversificación de nuestro sistema productivo y en la mejora y aumento de la oferta formativa. Porque estas 150.000 personas necesitan incorporarse al mercado laboral lo antes posible y en las mejores condiciones, y que no tengan que sufrir sobrecargas de trabajo con la excusa de la recuperación económica o de la crisis provocada por la pandemia».

Las pymes y autónomos son los que más sufren las consecuencias. Escasas pymes se mantienen abiertas. Algunas siguen en base a prestamos del ICO. Otras se acogen a los ERTE. Recuperar la actividad es el objetivo, pero fácil no es. En estas fechas surgen múltiples líneas de ayuda (Consells, ayuntamientos…) a las empresas, especialmente pymes y autónomos. Destacan los 855 millones de ayudas estatales a unas 33.000 empresas (17.000 empresas y 16.000 autónomos) que se beneficiarán de subvenciones que irán de 3.000 a 500.000 euros. El Día 14 el Govern inaugura las solicitudes, a finales de julio se percibirán las subvenciones aprobadas. Pero, para que la iniciativa cumpla sus objetivos, puede ser decisivo poder contar con eficaces servicios de información y de gestión de la documentación precisa.

Expuesto todo lo cual, en estos momentos claves es imprescindible actuar sobre nuestra realidad : no aceptar el relajo sanitario; reactivar la actividad turística y sus entornos económicos y sociales, manteniendo Mesas de Diálogo y Propuestas entre Administraciones Públicas, Patronales y Sindicatos. «Pero esto no quita que también debemos trabajar los resortes del cambio, mirando al futuro» (X. Mellado).

Mirar hacia atrás con nostalgia, es inútil. Es imprescindible mirar hacia el futuro. Hay que diversificar nuestra actividad económica. Hay que superar nuestro modelo turístico basado en el precio, en la cantidad de turistas, y en la estacionalidad. Es imprescindible incluir la sostenibilidad de nuestra actividad turística. Hay que ordenar y priorizar los espacios turísticos. Y mantener el equilibrio entre recursos naturales y activos turísticos. Es imprescindible una importante inversión tecnológica, que afecte incluso a un cambio en los procesos. Y suma y sigue.

Ha llegado la hora de la presentación de proyectos, sería deseable que tales iniciativas fueran público-privadas, para poder acceder a la financiación Netx Generation. UE en ámbitos tales como la sostenibilidad, la movilidad, la comunicación, el turismo…. Precisamente para desarrollar, entre otras iniciativas, modelos turísticos sostenibles.

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