La moda es pasajera la intolerancia no. Egipcios, griegos, romanos y aztecas salieron vencedores de grandes batallas de la Antigüedad vestidos con faldas, togas y túnicas. 40.000 rebeldes escoceses, todos ellos con kilt, la falda tradicional del país, y sin caballería, derrotaron en el año 1297 al ejército de 60.000 hombres de Eduardo I de Inglaterra en la Batalla de Stirling. Y esta semana jóvenes de cientos de institutos de España han ganado una batalla contra la intolerancia al acudir a clase con falda. Fue su valiente gesto de apoyo a Mikel, un estudiante de Bilbao que se presentó en el colegio vestido con esta prenda y sufrió las burlas crueles de sus compañeros, la reprimenda pública de sus profesores y acabó delante del psicólogo del centro respondiendo preguntas sobre su identidad sexual. La iniciativa de apoyar a Mikel y de volver a vestir la falda como antes lo hicieron egipcios, griegos, romanos, aztecas y escoceses fue iniciativa de un joven estudiante mallorquín, Lluc Morey, que lanzó el reto en la red social Tik Tok y consiguió una respuesta masiva que saltó de Mallorca a la península a velocidad de vértigo e incluso encontró eco en Latinoamérica y Canadá. Lluc y todos los que respondieron a su llamada defendieron a Mikel mejor que si le hubieran estado acompañando en el colegio de Bilbao en la jornada en que todos se burlaron de él. Escogieron el altavoz más potente de su generación, se metieron en su piel, se ajustaron su falda a la cintura y se prepararon para escuchar las mismas ofensas que él sufrió, pero sin responder con nuevas ofensas, como recomendó la escritora norteamericana Harper Lee: «Mantén tu cabeza alta y baja tus puños. No importa lo que te diga cualquier persona, no dejes que te provoque. Intenta pelear con tu cabeza por un cambio». La próxima vez que alguien quiera humillar a una persona con falda, mejor se lo piensa dos veces.
