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El Rey está desnudo

El real decreto ley sobre cesión de los remanentes municipales elaborado por el gabinete de la ministra Montero no salió adelante el jueves pasado en su correspondiente votación ante la Cámara Baja. El cómputo –193 “noes” por 156 “síes”– da una idea muy clara de lo solo que se puede encontrar este Gobierno a partir de ahora si no rectifica su metodología de negociación para con sus socios de investidura. 

Obviando que estaba negociando con partidos políticos netamente municipalistas, el Gobierno apostó presuntamente al trágala con aquellas representatividades con quienes en teoría debería haber una mejor y mayor sintonía. Formaciones cuyos cuadros el futuro político de Pedro Sánchez Castejón les trae bastante al pairo,por cierto. Esa apuesta había funcionado correctamente hasta ahora: gobernar como si se tuviera mayoría absoluta, pero sin ostentarla realmente. Aduciendo que el partido socialista era necesario para la gobernabilidad de España sin ser exactamente cierto. 

La apuesta de Sánchez había funcionado hasta ahora; gobernar como si se tuviera la mayoría absoluta, pero sin ostentarla

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Podía haber sido en otra votación, pero ha sido en la de los dineros que afectan más de cerca al ciudadano. Es decir, las arcas municipales. Tema extremadamente sensible y de fácil manipulación. Pero es un aviso de los peones de San Jerónimo. Aquellos que, en definitiva, están aguantando a los altos cargos en los despachos oficiales. Se han cansado. Y se preguntan –que cada uno juzgue si con razón o no– hasta qué punto las decisiones ejecutivas tomadas por los antes mencionados cumplen con los pactos de investidura de verano del 2018. 

Hoy el presidente del Gobierno ya sabe cómo se sentía Mariano Rajoy Brey. No obstante, y a diferencia del gallego, el político madrileño no está acorralado. La situación es muy diferente: el PSOE de esta legislatura no es el Partido Popular de la anterior, podrido hasta las entrañas de corrupción. Nada ni nadie quería pactar con ellos. El caso Kitchen –que aún no ha acabado– lo corrobora. 

Un tanto forzado por las circunstancias, el Ejecutivo se ha visto obligado a reaccionar. Ya veremos si en el próximo real decreto ley se recoge la eliminación de intereses financieros que los consistorios están pagando hoy por los depósitos de los remanentes municipales. Por ejemplo: si bien es cierto que pensar en la derogación de una ley con tan exigua mayoría es una elevada tarea, no es menos cierto que teniendo la cintura suficiente se puede llegar a una buena modificación de aquélla. Así como se pidió responsabilidad a ciertos municipios ante el real decreto fallido del jueves, así se podría pedir una mayor capacidad de diálogo entre los partidos presentes en las Cortes a fin de poder enmendar lo antes posible la ley de Estabilidad Presupuestaria. 

Quien dice “Ley Montoro”, podría decir “Ley Mordaza”. O tantas otras que aún siguen vigentes. Tan sólo es cuestión de tener voluntad política. No de ir a la greña sesión tras sesión. La ciudadanía no paga a sus señorías para que entren en una competición sobre quién alza más la voz , sino para que lleguen a acuerdos por el bien de España. 

El rey está desnudo. Hasta el jueves, no había cortesano le quisiera comentarle al rey sobre su estado. Era una obviedad que nadie quería ver. Ni hablar sobre ello. Esperemos sepa vestirse solo... y tenga buenos consejeros en caso de duda.

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