Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Este latinismo proveniente del verbo 'orare', significa que alguien, una colectividad esta perdiendo el juicio, la cabeza, la cordura. Se aplicaba, en origen, al sacerdote que en algún momento de la celebración litúrgica no sabía cómo seguir con la jaculatoria, o al moribundo que ante la proximidad a la muerte cesaba en su oración. El Gobierno de España ha perdido el "oremus". Los datos macroeconómicos que proporciona la estadística, en estos momentos, son los peores de nuestra historia contemporánea, peores que los posteriores a la segunda guerra mundial o peores que los de la última guerra civil. La Encuesta de Población Activa nos facilita una información turbadora: de una población en edad de trabajar, 39.5 millones, solamente está ocupado el 47%. Si a esta cifra le restamos 4 millones que cobran del ERTE, los 3 millones de empleados públicos y los cargos políticos y acoplados, ¿cuántos españoles están en un trabajo productivo? El resto, la mayoría, vive del presupuesto en sus diferentes partidas. Esta ruina es consecuencia del desgobierno y del brutal confinamiento decretado por Sánchez que llevó a la destrucción a miles de empresas, negocios, empleos. Todo lo perdido es irrecuperable. Según AIREF la economía ha caído ya el 20% en el primer semestre del año. La lucha conta el Covid-19 la ha llevado tan mal que estos últimos días, a pesar del confinamiento, desconfinamiento y la ola de calor, se están produciendo más de mil quinientos contagios diarios. Y con este dantesco panorama Pedro Sánchez, Iglesias y su gobierno aplauden, se aplauden, ¡hay que ser cínicos, irresponsables o absolutamente ignorantes!

Josep Pons publicó en Diario de Mallorca un inteligente artículo en el que cuestiona a los que frívolamente, debaten sobre la monarquía. Sostiene que todas las instituciones están por encima de las personas, trascienden a sus titulares. ¿Acaso no puede ocurrir que un presidente de república cometa algún acto delictivo? ¿Y en este supuesto nos tenemos que cargar la república? ¿Y qué pasa con la autonomía catalana y la actuación de los Pujol? En la andaluza, la balear, la madrileña, ¿no han tenido casos de deshonestidad?, y las instituciones siguen. ¿Si un juez delinque nos debemos cargar el sistema judicial? Recuerdan los casos de Rodrigo de Santos, de Rodríguez, de la Policía local? ¿cerraremos por ello el Ayuntamiento de Palma? En estos momentos a nadie se le ocurre debatir si debe desaparecer la Autoridad Portuaria de Baleares. Las república francesa, italiana, alemana, con Mitterrand, Sarkozy, Cossiga, etc. han pasado por momentos amargos y, a pesar de problemas judiciales serios las repúblicas siguen en pie. El Rey Juan Carlos puede haber hecho algo incorrecto pero el balance político de los últimos cuarenta años le acredita como un excepcional estadista que puso a España en el mapa del mundo, propició el progreso democrático y un desarrollo económico sin precedentes. La ignorante esposa de Pablo Iglesias, -que por tal circunstancia es ministra-, se ha permitido decir que "no se puede desligar de la actual jefatura del estado lo que esta pasando al rey Juan Carlos". Nosotros nos preguntamos, ¿se puede desligar el nombramiento de la ministra Montero del vicepresidente Iglesias? ¿Alguien piensa que Claudio Nepote, emperador de Roma, -año 43 d. C.-, se hubiera atrevido a tanto? Nepotismo es, ni más ni menos, que hacer uso de una desmedida preferencia hacia algún pariente para que ocupe un cargo público. Estamos ante un evidente caso de nepotismo.

The Economist publica periódicamente un índice sobre la democracia global y en su última edición queda claro que Noruega, Suecia, Dinamarca, se distinguen por sus valores democráticos, por la igualdad, por el progreso, y por dar estabilidad e imparcialidad. Le siguen países como Bélgica, Holanda, y España, naciones que han elegido como forma de Estado la monarquía parlamentaria. ¿Se puede decir lo mismo de la República China, de la rusa, de la venezolana? Los movimientos que debaten sobre este tema no pretenden solamente sustituir la monarquía por la república sino arrasar con todo, crear un vacío, el caos, en un momento de debilidad económica, un fracaso como el del año 1936. La persecución de don Juan Carlos tiene hoy un objetivo claro: Felipe VI. La actual clase política no está capacitada para para un cambio de esta magnitud que conduciría a un indudable debilitamiento del Estado.

Un último apunte para su información. La monarquía noruega cuesta al Estado 25 millones al año; la del Reino Unido, 45 millones; la de Holanda, 39 millones. La república alemana cuesta 20 millones; la francesa, 112 millones, y la república italiana 228 millones. La Casa Real española cuesta su sostenimiento 7,9 millones anuales.

Compartir el artículo

stats