Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jose Jaume

Desde el siglo XX

José Jaume

La derecha tiene líder y aguarda su llegada

De las elecciones gallegas y vascas salen dos rotundos perdedores, otro a medias; un ganador contundente, de nombre propio, y un partido pétreo, inamovible

Alberto Núñez Feijóo emerge como lo que ya era, solo que queda constatado: el líder que la derecha española necesita con urgencia. Es el hombre llamado a pastorearla en los tiempos venideros, el político que, salvo suicidio, que, al contrario que la izquierda, la derecha no comete, se medirá al frente del PP a Pedro Sánchez y al PSOE en las próximas elecciones generales. Cuando los comicios catalanes del otoño promulguen otra estrepitosa derrota del PP llegará la hora de licenciar a Pablo Casado, al que ni tan siquiera se le agradecerán los inexistentes servicios prestados, reclamando imperativamente el ascenso del político gallego, que, tras su demoledora cuarta victoria, ha dejado para quien quiera oirla la frase que acuñó Manuel Fraga: "aquí no hay tutelas ni tu tía". Feijóo es el ganador del domingo, no el PP de Galicia, sino Alberto Núñez Feijóo.

El dato que lo corrobora: las siglas de su partido tornaronse liliputienses a lo largo de la campaña electoral, solo aparecía el nombre de Galicia uncido al de su presidente eterno, quien no podrá soslayar su destino: dirigir el PP y plantearle batalla al actual presidente del Gobierno. La derecha espera a Feijóo. Es más, le exige su llegada.

Otro triunfador: el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Cierto que Iñigo Urkullu también tiene peso específico propio, pero en Vasconia las siglas del viejo partido son una iglesia, y como tal se comporta. Ha vuelto a ganar las elecciones y lo seguirá haciendo en el futuro. Su contrapunto por la izquierda es Bildu. Nada tiene que hacer el PSOE, salvo completar la mayoría del PNV, que no es poco, y menos que nada Podemos, que en Galicia ha desaparecido y en el País Vasco quedan sus escombros. Pablo Iglesias, el gran perdedor, es hoy un político letal para Podemos. Errejón, mucho más inteligente y mejor armado para navegar por la política española (qué distinta hubiera sido la suerte de Podemos de haber desplazado a Iglesias y ponerlo a él a dirigir el partido), ha certificado la defunción de Podemos al decir que lo que queda no es Podemos sino Unidas Podemos, que no es otra cosa que Izquierda Unida. Apiolado.

El PSOE ha sacado un mal resultado, porque lo es para quien está instalado en la presidencia del Gobierno estancarse y dejar que el nacionalismo gallego le quite la segunda plaza. Además, es mal resultado no aprovechar la licuación de Podemos. El PSOE no crece. No pierde. El estancamiento es inquietante.

El otro gran vapuleado es, sin duda, Pablo Casado. El desabrido presidente del PP se ha descalabrado en el País Vasco donde se presentaba encarnado en ese trasgo del pasado profundo que es Carlos Iturgaiz. En Galicia se presentó Núñez Feijóo. La dimensión de la catástrofe del PP lo ofrece el desquiciado análisis hecho por Casado, acompañado, cómo no, de Isabel Díaz Ayuso: "algo ha hecho mal la sociedad española cuando Bildu tiene más diputados que PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos y Vox". Además de una soberana estupidez, la afirmación es propia de quien desprecia los procedimientos democráticos, los que consagran la iguadad de todos los ciudadanos al ejercer el derecho al sufragio. Pablo Casado sabe que su paso por la presidencia nacional del PP será tan interina como lo fue la de Antonio Hernández Mancha, el andaluz que sustituyó a Fraga y éste apartó de un papirotazo tras cometer la insensatez de retar a Felipe González en una moción de censura. Casado es rémora. Cuanto antes la derecha prescinda de él mejor para la derecha y peor para el PSOE.

Acotación al margen.- La catedral de Santa Sofía en la antigua Constantinopla (Estambul) pasa a ser mezquita. Erdogán se exhibe como lo que es: un fanático islamista. La mezquita de Córdoba es catedral católica. La ciudad tiene un obispo, transunto del déspota turco.

Compartir el artículo

stats