En esta crisis sanitaria los mayores son- muy por encima de otros colectivos- los más afectados. La mayoría de casos graves son personas mayores. Las personas mayores de 80 años con enfermedades previas como la diabetes, hipertensión, cáncer, Epoc y enfermedades del corazón, son los de más riesgo de perecer por el contagio del coronavirus.
Por tanto nos encontramos con un colectivo preocupado y atemorizado ante la crisis sanitaria, ya que quien más quien menos padece alguna de estas enfermedades. Las noticias que le llegan por la televisión y a través de sus familiares es que deben aislarse, tener los mínimos contactos posibles y no salir de casa. Por otra parte ven también en la televisión un alud de noticias sobre los servicios sanitarios saturados, al borde del colapso. Se angustian al pensar que les puede pasar a ellos y no ser atendidos correctamente.
Entre las personas mayores hay un colectivo todavía más vulnerable que son las que viven solas . En Palma son más de 7.000 las personas mayores de 75 años que viven solas. Algunas de ellas además están un tanto aisladas. No tienen familiares ni amigos con los que relacionarse. Hace tres años que instituciones como el Ayuntamiento y el IMAS , junto con la Caixa, emprendieron un proyecto para estar al lado de estas personas . Empezaron en los barrios de Santa Catalina, Jonquet y el Terreno. Ahora esos proyectos deberían extenderse a toda la ciudad.
Hay que pensar que para estas personas el problema puede durar mucho más que un par de semanas y alargarse hasta un par de meses o más. Por eso es necesario moverse ya. La manera más rápida es llamar a la colaboración de vecinos y ONGs para redoblar esfuerzos y hacerles llegar un apoyo psicológico, así como ayudarles en las tareas de la vida cotidiana.
Una primera medida pública urgente para atender a estas personas es ampliar y fortalecer los servicios de teleasistencia . Otra, que ya ha tomado el ayuntamiento, es reforzar la asistencia domiciliaria a las personas que ya la tenían y dársela a las que la estaban esperando. Pero eso no va a ser suficiente. Según geriatras y psicólogos las tareas con las que podemos ayudar a estar personas solas y aisladas son varias. La más importante es estar en contacto diario con ellas para mitigar su angustia y miedo, aunque sea por teléfono. También hacerles las compras más urgentes, farmacia y alimentos frescos. Si no se encuentran bien avisar directamente a los servicios sanitarios.
En estos días ya se están dando iniciativas de vecinos dirigidas a ayudar a los mayores y a las familias más vulnerables. Esto es formidable pero tiene que organizarse bien para no crear problemas y empeorar la situación. Es necesario que el Ayuntamiento con sus recursos sociales y de policía local, ayude a la organización y al control de esos cuidados, así como reforzar los medios con los que cuentan, incluyendo nuevos profesionales del trabajo social si fuera preciso.
En la crisis económica global del 2008 muchos nos lamentamos que la manera de salir de ella dejara en la cuneta a muchas personas y familias vulnerables, sobre todo a los que perdían la casa y el trabajo. Esta crisis sanitaria también va tener un componente económico de grandes dimensiones al que habrá que hacer frente. Pero no podemos salir de la crisis habiendo abandonado a su suerte a las personas mayores enfermas y solas.
