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El general y la ministra

El general retirado Fulgencio Coll, que fue jefe del Ejército de Tierra cuando Julio Rodríguez era JEMAD -las vueltas que da el mundo-, hoy en Vox y en la política municipal mallorquina, publicó días pasados un intolerable artículo titulado "Pedro Sánchez, un problema para la seguridad nacional", en el que planteaba que "los poderes del Estado" no deben permitir que el presidente del Gobierno en funciones "ponga impunemente en peligro la legitimidad institucional del Estado" o negocie "una reforma del Estado de contenido y alcance desconocidos", para al final "quebrar el orden constitucional". Para Coll el comportamiento de Pedro Sánchez, "ni es legítimo ni se puede consentir de un presidente del Gobierno". El tufillo involucionista del texto, por lo demás absurdo (la reforma del Estado está tasada en la propia Constitución y no puede ser llevada a cabo más que con cualificadas mayorías parlamentarias) es bien visible.

El silencio de la ministra de Defensa ha sido clamoroso durante algunos días, y finalmente ha salido a opinar mediante unas declaraciones sobre aquella insidia, que ha recordado tiempos pasados y ha adquirido un tono intolerable en manifestaciones que provienen de representantes del estamento militar, en activo o en la reserva. Es obvio que este militar ya no habla en nombre de la institución castrense, pero su alto rango anterior le obliga a una especial prudencia en las cuestiones constitucionales. Y si no la mantiene, ha de ser al menos criticado con la debida claridad y dureza por quienes, en el Estado, sí tienen la obligación de hacer prevalecer el derecho sobre la arbitrariedad. Es probable que la ministra hubiera debido ser más contundente y firme en su reproche, pero lo importante es que un sector de opinión ha saltado como un resorte frente al dislate del general. La sensibilidad en esta materia sigue a flor de piel. De modo que, como ha dicho editorialmente nada menos que La Vanguardia, "cualquier intento que sintonice con la tradición involutiva debe censurarse y neutralizarse de inmediato". Así debe ser.

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