Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jose Jaume

Sesde el siglo XX

José Jaume

Vaya si es extrapolable, PP, PSOE y Més

La izquierda y el PP pretenden que la realidad política mallorquina nada tiene ver con la andaluza, tratan de exorcizarar VOX, dan por hecho que lo sucedido en el sur no es extrapolable

Las cuadernas de los partidos mallorquines han crujido al conocerse el resultado de las elecciones andaluzas. La izquierda, estupefacta cuando la realidad arruina sus ensoñaciones, se apresura a negar que pueda hacerse una mimética traslación del desenlace andaluz al Parlament balear. El PP también ha voceado uno de sus acostumbrados análisis carentes de luces. Todos, ciegos y sordos, apartan la realidad, quieren hacernos ver que, esencialmente, en Mallorca las cosas seguirán siendo las que son. Se les puede anunciar, con escaso margen para el error, que no será así: La extrema derecha neofalangista, denominada Actúa-VOX, se dispone a entrar en mayo en la Cámara legislativa balear. Tiene la oportunidad de hacerlo con más potencia que la que las desacreditadas encuestas le augurarán desde ahora.

El muy cuestionado Biel Company, todavía líder del PP y presunto candidato a la presidencia de la Comunidad Autónoma, enfatiza la victoria del "centro derecha" en Andalucía, al tiempo que realza las notorias diferencias sociales existentes entre Mallorca y el sur. Company falta a la verdad. La falsea a sabiendas. El "centro derecha" no ha ganado a la izquierda en Andalucía. El PP, su partido, ha padecido una derrota sin paliativos. La hemorragia en votos es tan contundente como la del PSOE. Si tiene la oportunidad de presidir la Junta se debe a que la extrema derecha neofalangista, VOX, irrumpe con inusitado brío en el Parlamento regional. No hay centro derecha victorioso, sino mayoría de derecha dura, apuntalada por el nuevo rostro del fascismo español. A Company alguien le ha dicho que el PP mallorquín corre el riesgo de ser volteado estrepitosamente. Lo aceptará si lo que denomina "centro derecha" obtiene un escaño más que la izquierda. PP, Ciudadanos, El Pi y VOX. Cómo casarlos. Se unirán si llegan a los 30 diputados. La derecha posee estómago para deglutir lo que sea cuando ocupar las instituciones es lo que se dilucida. Solo El Pi albergará escrúpulos en la cuestión de la lengua.

El silencio de Francina Armengol, cuyo nacionalismo chirría, aunque el PSOE se lo endose, es la mejor prueba de que la irrupción de VOX se extenderá a Mallorca. Saben los socialistas que la mayoría parlamentaria de la izquierda corre rieso mayúsculo de ser liquidada. También lo asume Podemos. Més no se entera; en una de sus clásicas pájaras malicia que va a ser la principal línea de defensa contra VOX. Pagará un oneroso precio en las urnas por los dislates cometidos. Es el flanco por el que la izquierda perderá la batalla. El nacionalismo del desvencijado PSM vivirá días amargos.

Qué hará Jorge Campos cuando, liderando a los suyos, entre en el Parlament. Anticipemos que el encontronazo será duro, sin concesiones. Actúa-VOX dispone de financiación generosa. Algunos de sus patrocinadores son sobradamente conocidos. Jorge Campos forjó sólidos vínculos con el mundo de la derecha, la denominada "sin complejos", de Calvià. Se llena la boca exhibiendo su impostado constitucionalismo de pacotilla; encarna a la extrema derecha neofalangista que en Mallorca adquirirá carta de naturaleza. Observa, complacido, que, por fin, ha surgido la viril reacción española que plantará cara al nacionalismo catalanista. Es en el mundo de la educación donde se librará la primera batalla de la guerra sin cuartel. Otra vez aparece el fantasma de la España de la década de los 30 del pasado siglo a rebufo de la estela de la Europa de entonces.

Compartir el artículo

stats