Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Joaquín Rábago

360 grados

Joaquín Rábago

No olvidemos a Assange

No puede uno sino darle la razón al director del mensual Le Monde Diplomatique, Serge Halimi, cuando denuncia la falta de solidaridad de muchos profesionales de la información con el australiano Julian Assange.

Assange, que hizo un gran favor a todos con las filtraciones de Wikileaks, el portal de internet por él fundado, lleva seis años refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres, donde está sometido a fuertes medidas de seguridad.

Las autoridades del Reino Unido amenazan con detenerle en el momento que ponga el pie fuera de esa representación diplomática y sus condiciones de reclusión se han agravado desde que Lenin Moreno sustituyó a Rafael Correa en la presidencia del país andino.

En caso de ser detenido por la policía británica, Assange corre fuerte riesgo de ser extraditado a Estados Unidos, donde podría ser condenado a muchos años de cárcel por revelar documentos confidenciales que sacaron a la luz muchos trapos sucios de la clase política de aquel país.

Por ejemplo, documentos que dan testimonio de los crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos en las guerras de Irak y Afganistán u otros que revelan el espionaje norteamericano a políticos o empresas de países aliados o la existencia de cuentas secretas en los paraísos fiscales del Caribe.

Mientras los republicanos le acusan de alta traición -el presidente Donald Trump ha dicho que merece ser ejecutado- muchos en el Partido Demócrata no le perdona que revelara las sucias maniobras del equipo de la candidata Hillary Clinton para perjudicar a su rival Bernie Sanders.

La dirección del Partido Demócrata parece culpar todos los días a Assange de haber facilitado con sus revelaciones la llegada de Trump a la Casa Blanca, olvidándose de su propia y gran responsabilidad en aquel desastre electoral.

Gracias a a Wikileaks sabemos también que dos socialistas franceses, François Hollande y el hoy comisario de Asuntos Económicos de la UE Pierre Moscovici, acudieron en 2006 a la embajada de EEUU en París para lamentarse de que el entonces presidente Jacques Chirac se hubiese opuesto con tanta energía a la invasión de Irak.

Muchos medios de comunicación de todo el mundo que se beneficiaron en su día de las filtraciones de Wikileaks y consiguieron así aumentar su tirada o sus índices de audiencia parecen haberse olvidado mientras tanto de él cuando no le han traicionado directamente.

"El encarnizamiento (con Assange) de las autoridades estadounidenses se ve estimulado por la cobardía de los periodistas que le abandonan a su suerte o que incluso se alegran de su infortunio", critica el director del mensual francés.

Halimi contrasta ese abandono con la solidaridad mostrada por tantos periodistas de todo el mundo con el corresponsal de la CNN en la Casa Blanca al que ésta retiró su acreditación tras un sonoro incidente ocurrido durante una conferencia de prensa de Donald Trump.

Compartir el artículo

stats