Con ocasión del rechazo del independentismo a la presencia del Rey en los actos de homenaje del pasado viernes a las víctimas del 17-A, la izquierda ha expresado sus puntos de vista con la madurez que corresponde a partidos impecablemente democráticos. El PSOE, que nunca ha dejado de ser republicano, ha actuado, como siempre, en defensa de la institución que encarna constitucionalmente la jefatura del Estado. Pero tanto Izquierda Unida como Podemos ha hecho lo propio, en términos que se resumen en la frase de Gaspar Llamazares, antiguo coordinador general de IU: "Soy republicano convencido, pero no de ocasión ni solo instrumental ni local. Por eso acato la Constitución y respeto las instituciones. El Rey tiene la misma legitimidad que el presidente de la Generalitat para estar en el acto de conmemoración de las víctimas de los atentados de Barcelona". Txema Guijarro, secretario general del Grupo de Unidos Podemos, manifestaba la víspera del 17-O que "lo que hay que pensar mañana es en el homenaje a las víctimas. Respaldamos que el Estado y sus instituciones rindan su homenaje, no vamos a criticar que acuda la Casa del Rey"...
Esto es la democracia: el cumplimiento estricto de la ley legítima, aunque se luche denodadamente por cambiar la ley por los procedimientos establecidos. Los independentistas, que obviamente no son de izquierdas (no se puede ser de izquierdas y nacionalista al mismo tiempo), deberían tomar sin embargo ejemplo de lealtad institucional.
