Los países están aprendiendo poco a poco que hay una forma de escarmentar a la Norteamérica egoísta de Donald Trump, y es con el dólar. Incluso la Rusia de Putin parece haber tomado nota: Moscú ha decidido desprenderse de parte de los bonos del Tesoro del país rival. Según informaciones del diario alemán Die Welt, sólo en mayo, Rusia se deshizo de un 69% de esos bonos, y en sólo dos meses ha vendido el equivalente de 81.000 millones de dólares. Puede el dólar proclamar eso de " In God we trust" (Confiamos en Dios), pero quien no se fía ya de EE UU son sus aliados ni tampoco sus socios comerciales.
En el tiempo que lleva en la Casa Blanca, el republicano lo ha destrozado todo y ha hecho de la mentira y la humillación del otro sus armas favoritas. No es pues de extrañar que muchos de sus socios, que se sienten justamente menospreciados, se dispongan a darle una lección, golpeando a EE UU en lo que más puede dolerle: su divisa. En ella se basa el sistema financiero y comercial mundial, lo que da a EE UU una ventaja de partida excepcional. Pero esto puede empezar a cambiar: muchos acreedores de EE UU han comenzado a desprenderse de los bonos del Tesoro de la superpotencia para invertir en oro, por ejemplo.
También utilizan para sus operaciones comerciales otras monedas como el euro o el yuan, que desplazan así de modo creciente a la divisa estadounidense. Tanto China como los europeos quieren ser cada vez más independientes de una superpotencia que no duda en amenazarlos con guerras arancelarias y sanciones. En el caso de China, bastó el rumor de que sus autoridades habían recomendado reducir la compra de deuda estadounidense para que inmediatamente bajara el dólar en los mercados y se encarecieran los bonos a diez años de ese país. Rusia redujo sus compras de bonos estadounidenses a raíz de las sanciones de Washington contra el gigante ruso del aluminio Rusal.
De momento, sin embargo, el dólar continúa su dominio frente al euro en las reservas mundiales de divisas: un 62 frente a un 20%, pero eso puede cambiar si Rusia y sobre todo Rusia optan por diversificar. Los europeos, por ejemplo, podrían insistir en pagar cada vez más en euros, en lugar de en dólares como ahora, sus importaciones de gas y petróleo rusos. Dado el enorme volumen del comercio europeo con el resto del mundo, el cambio de dólares a euros fortalecería considerablemente la moneda común. ¿A qué esperan los europeos.
