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Joaquín Rábago

360 grados

Joaquín Rábago

¿Efecto bumerán?

Las medidas proteccionistas decididas por el presidente del Make America great again podrían tener un efecto bumerán. Y el resto del mundo se alegraría de ello. Donald Trump se proponía con esa decisión crear puestos de trabajo en EE UU y evitar, entre otras cosas, que empresas norteamericanas siguiesen externalizando su producción.

Pero la juzgada podría salirle mal si cunde el ejemplo de la empresa Harley-Davidson, que quiere incrementar la producción fuera de EE UU de sus famosas motocicletas para sortear las nuevas barreras arancelarias.Harley-Davidson es una de las empresas emblemáticas escogidas por Bruselas para pagar a EE UU con la misma moneda. Todas ellas tienen su sede en Estados que fueron clave para la victoria de Trump.

Se trata de la primera empresa norteamericana que reacciona de ese modo a la guerra arancelaria desatada por Trump contra el resto del mundo. Y puede hacerlo fácilmente: aunque fabrica la mayoría de sus motos en EE UU, tiene también plantas en otros países -Australia, Brasil, la India o Tailandia-, con las que atender a la demanda europea.

Fundada en 1903, Harley-Davidson ha visto caer su cifra de negocios últimamente. De ahí que la guerra comercial transatlántica no llegue para ella en el mejor momento. EE UU ha decidido pelearse no sólo con los europeos, sino con otros grandes socios comerciales, y de modo especial con China, que tampoco va a quedarse de brazos cruzados.

El Gobierno de Trump quiere entorpecer en la medida de lo posible el programa estratégico "Made in China 2025", con el que el Gobierno comunista de Pekín trata de dar un fuerte impulso a los sectores de futuro. Pekín proyecta recurrir a millonarias subvenciones y a la compra o entrada de capital chino en empresas tecnológicas extranjeras.

Y esto es precisamente lo que trata de impedir ahora Washington, entre otras cosas, prohibiendo la exportación de productos estratégicos. A su vez China ha anunciado que comprará más aviones Airbus, el rival europeo de los Boeing, y más productos agrícolas franceses, lo que significa que EE UU será el mayor perjudicado. Si no fuera por su tozudez y su creencia de que es un genio y el resto de los mortales son imbéciles, Trump podría llegar un día a arrepentirse de la guerra comercial que ha desatado.

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