Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El engrudo

La idea de atizar el fuego de un nacionalismo españolista, que genere nuevos y más sólidos lazos de fraternidad en torno a la bandera rojigualda y al himno, como medio de combatir el nacionalismo catalán que se ha deslizado desde el pacífico y racional catalanismo político que predicaban Pujol y Roca en los tiempos benéficos del "oasis" a un nacionalismo étnico y sórdido que incluye el odio a España y a lo español, es poco afortunada.

El engrudo principal que en España ha de vincularnos a unos con otros es el llamado patriotismo constitucional, un concepto acuñado por el politólogo alemán Dolf Sternberger en 1979 y difundido por el filósofo Jürgen Habermas durante los años 1980. La idea es ideológicamente neutra y aunque ha sido utilizada por la izquierda en sus construcciones de democracia deliberativa, también ha sido usada legítimamente por sectores de la derecha ( José María Aznar, sin ir más lejos, manejó el concepto).

La complicidad con nuestros compatriotas se basa en rescoldos históricos, que duda cabe, y en el roce que proporciona la dilatada contigüidad, pero sobre todo en el hecho de compartir los mismos principios, de participar en consensos comunes, de abrazar las mismas leyes democráticas, de compartir la igualdad de oportunidades. Todo lo demás es folklore? o fascismo.

Compartir el artículo

stats