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Pensiones: nada es lo que parece

Todos la conocen como la calle 68, pero es en realidad es la 72. Es la calle José Ortega y Gasset, pero le dicen Lista o todo el mundo la llama la plaza de los Patines, cuando su nombre original es la plaza Bisbe Berenguer de Palou. Esto es lo que ocurre en innumerables capitales del mundo con diferentes calles. Con nuestro actual sistema de pensiones, es algo parecido. Nada es lo que parece.

Otra vez ha vuelto a salir a escena las vergüenzas de las pensiones españolas por las recientes declaraciones de la Ministra de Empleo Fátima Bañez, sobre el enésimo cambio para calcular la pensión que nos tocará disfrutar después de un mínimo de 38 años y medio cotizados. Algo tan sencillo de contar, que lo ha explicado tan mal, provocando que la gran mayoría de españoles todavía no se ha enterado. Es en definitiva la libertad individual de cada cotizante de poder elegir, no solo los últimos 25 años de cotización como venía siendo habitual, sino que ahora puedes elegir los años más favorables de mayor cotización de toda tu vida laboral.

Medida afortunada, ya que puede favorecer a muchos trabajadores que durante la crisis se quedaron desempleados. Pero esto en un nuevo "globo sonda del PP" para desviar la atención del precario estado actual de nuestro sistema de pensiones. La Seguridad social tiene un agujero oficial de dieciocho mil millones de euros. La hucha de las pensiones se terminó el año pasado y el Estado debe pedir créditos para poder pagarlas. Ya hace bastantes años, el ministro de economía Solchaga en la época socialista recomendó a todos los españoles la realización de un plan de pensiones privado, ya que desde su punto de vista no creía que llegasen para todos.

En España creo que nuestro sistema de bienestar se sustenta sobre tres pilares: Sanidad gratuita, pensiones y educación accesible para todos. Lo que vas a recibir después de tu vida laboral cotizando, debería ser algo sencillo, es la base de un contrato de seguro, y debería ser en función de la cotización. A mayor cotización, mayor pensión. Que es como se calcula en un plan de pensiones. Cuando se firma, se sabe exactamente cuales deberán ser tus aportaciones y cuando recibirás en tu edad de jubilación. En el sistema público no funciona así, ha olvidado esta relación tan básica y cada ciertos años ha modificado las normas, olvidándose desde el principio de la relación entra la cotización y la prestación.

Han sido tantos los cambios a lo largo de estos años que muy pocos saben lo que realmente van a recibir en su jubilación. En la época de Zapatero nos anunciaron que recibiríamos unas cartas en las que nos explicaría en función de nuestra vida laboral, lo que nos quedaba por cotizar y lo que iríamos a recibir de pensión. Esas cartas nunca llegaron. Están ocultando la quiebra de la seguridad social. Actualmente la natalidad sigue siendo una de las más bajas de Europa, los jubilados tienen una calidad de vida mucho más longeva y no entran nuevos cotizantes. Los cotizantes del 2040 deberían ser los niños nacidos del 2015 que no han nacido.

Pero nuestros politiquillos en vez de plantear un debate serio para reformar un sistema de pensiones que no da más de sí empiezan a lanzar arengas populistas en las que todo vale. Iglesias y Sánchez sacan formulas utópicas que realmente no merece la pena comentar. El Gobierno alarga la agonía, pide préstamos para poder cumplir con el pago. Se necesitan soluciones coherentes y ante todo quitarle a la gente la venda en los ojos que seguramente los cotizantes de hoy no recibirán el 85/90% del su sueldo como recibieron sus padres.

Para los nuevos pensionistas habrá que endurecer los requisitos para recibir la prestación, el factor de sostenibilidad que entrará en vigor en el 2019, establece que en función de la esperanza de vida se recibirá una determinada pensión y a los pensionistas actuales se les reducirá el poder adquisitivo, no reducir las pensiones en términos nominales pero si consolidar el índice de revalorización del 0,25 como mínimo y en el caso de que haya diferencia por la inflación se perderá como poder adquisitivo. Con estas medidas no se soluciona el agujero actual. Tan solo se mantiene.

Se necesita un plan de reforma urgente estudiando medidas que ya han funcionado en otros países como podrían ser los planes de empresa que tan buen resultado han dado en los países nórdicos y bastantes más ya que en la actual situación: demografía muy baja, aumento de la esperanza de vida de los pensionistas y la entrada en el mercado laboral de pocos cotizantes con sueldos míseros, es un escenario que invita que se reúna nuevamente el pacto de Toledo y plantee una estrategia seria a medio, largo plazo.

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