La nevada del sábado al domingo ha puesto a prueba las aptitudes de las administraciones españolas, y han fracasado todas? menos la castrense, que es la de última instancia. Ni Fomento ni el AEMET supieron lanzar las alarmas adecuadas, ni mucho menos Protección Civil fue capaz de utilizar el parque de más de mil quitanieves que hemos pagado a escote todos los españoles y que se reparte entre todas las administraciones (todas han fracasado). Tampoco la concesionaria Iberpistas (Acciona), que está a cargo de la autopista de peaje AP-6, ha sabido cumplir con su obligación y permitió que se aglomerasen más de 4.000 vehículos, muchos de los cuales han tenido que aguantar más de 13 horas sin atención alguna. Finalmente, ha tenido que ser el ejército, la benemérita Unidad Militar de Emergencias, la que ha resuelto el problema. El Director General de Tráfico, un lince él, ha culpado a los ciudadanos de meterse en el atolladero.
El ministro de Fomento ha amenazado con el fuego del infierno a los ineptos, y la oposición clama pidiendo su cabeza. Pero se da el caso de que en 2009, cundo la nieve provocó atascos parecidos a estos en las autopistas A-2 y A-3, el entonces líder de la oposición, Mariano Rajoy, pidió la cabeza de la entonces ministra de Fomento, Magdalena Álvarez.
De donde se desprende que la ineptitud es circular: poder y oposición se turnan religiosamente no sólo en el ejercicio del gobierno sino también en la crítica y en la ineptitud.
