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No limpien, por favor

Este año han sorprendido las numerosas iniciativas para la limpieza cívica de zonas de Mallorca, con especial incidencia en el litoral. Componen himnos al altruismo y a la gestión comunitaria de los bienes públicos. Enorgullecerían a Elinor Ostrom, que continúa siendo la única Premio Nobel de Economía merced a sus estudios sobre la provechosa gestión de los recursos comunes en ámbitos limitados. Y conforme amontono virtudes de la ciudadanía concienciada, crece el temor de la lectora al inevitable mazazo disuasor. Aquí llega el pero mayúsculo, ¿nos podemos permitir el afloramiento de los miles de toneladas de basura incrustados en la esencia mineral de la isla, como parte indisoluble de su identidad? Mi respuesta es negativa.

Salvo que descubramos una isla gemela donde apilar los residuos que excavamos en la antes paradisiaca Mallorca, es preferible practicar el deporte nacional de pasar de largo. Las montañas que no montones de escombros levantarían la orografía de una nueva Tramuntana. Con el impacto de más de cien millones de personas despreocupadas a lo largo de la última década, no es descabellado concluir que la basura ha alcanzado la misma entidad que la naturaleza. Conviven en una sucia armonía, los excursionistas se han acostumbrado a mirar a otra parte. No necesitamos un recordatorio de los efectos secundarios de nuestra cacareada riqueza.

Nos emociona la imagen de un bañista que, en vez de orinar en el mar, saca a la playa un plástico contaminante. O el padre que acude con sus hijos a retirar las latas de las calas recónditas, de los márgenes de las carreteras. Por desgracia, siempre estarán en minoría despreciable frente al aluvión también despreciable de personas que piensan que ensuciar los espacios comunes añade a sus privilegios. No resistiríamos la visión del gigantesco vertedero en que se ha convertido la isla, de la misma forma que se haría insoportable la contemplación de la integridad de la basura moral aneja a los casos de corrupción. Con un pequeño muestrario tenemos de sobras.

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