Hace años que aprovecho el agosto , vacacional por excelencia, para gozar del dolce far niente abandonando a su albur la realidad cotidiana, especialmente la política. El verano pasado hurgué en mi memoria, papelorios y fotogramas, redescubriendo parte de mis aventuras infantiles y juveniles en la Mallorca del conde Rossi, la Italia de Mussolini y de Berlusconi, que fueron objeto de mi colaboración estival. Pero, mis escritos del pasado mes de agosto han provocado que algunos de mis lectores habituales me hayan expresado su extrañeza y algunos su cabreo, por no haber dedicado ni una sola línea a los asesinatos yihadistas de Barcelona (causas, reacciones, percepciones, consecuencias€), y en su lugar he publicado una miniserie con tres extraños títulos: los millenials, los FaBS, los centennials. Puedo comprender y comprendo tales reacciones.
Pero, conscientemente, no quise colaborar en la ceremonia de la confusión expresada no sólo (aunque principalmente) en las redes (Facebook, Twitter, etc.) sino también en los medios de comunicación convencionales (prensa escrita, radios, teles, etc.). Me los tragué casi todos: absolutamente penoso, unos más y otros menos cada quisque ha barrido para su casa. Las víctimas han quedado en un segundo o tercer plano. El 24 de agosto en Facebook reflejé un estado de ánimo y una opinión compartida por 242 personas, 21 veces reproducido y 56 comentarios plurales): "¡Estic cansat i fart de sentir, veure i llegir dois, mentides, insults, desqualificacions, manipulacions". El eslogan "No tenim por", tuvo y tiene un gran valor simbólico expresando un estado de ánimo compartido por una gran mayoría, que no es incompatible con una real preocupación e inquietud. El novedoso terrorismo global, sigue vivo y coleando. De momento no somos capaces de definir medidas claras de prevención (políticas, sociales, informativas, policiales€); no sabemos cómo abordar (sin buenismos, ni xenofobias) la presencia de hombres y mujeres musulmanas en nuestros entornos próximos, y un largo suma y sigue.
No en vano he titulado mi regreso a la realidad "Los culebrones otoñales". "Culebrones" porque con excesiva frecuencia las iniciativas, propuestas y discursos de nuestros políticos son más de lo mismo y absolutamente previsibles. Y "otoñales" porque el 1 de octubre es la fecha prevista para la celebración (o no) en Catalunya del referéndum en favor ( o no) de su independencia. A menos de un mes el Procés es una incógnita. Ante el enroque de las partes, nadie es capaz de evaluar las posibles consecuencias del previsible choque de trenes.
En el ínterin, hoy se inicia el nuevo curso político en el Parlament. Se debate la ley del Alquiler Turístico, tema espinoso y complejo pero que necesita una regulación. Su recorrido no ha hecho más que comenzar. Sin duda no faltarán recursos y contenciosos, así como la difícil tarea de los consells/ayuntamientos de zonificar donde será posible tal actividad y en que condiciones. En tal debate coexiste el fijar el número máximo de alojamientos turísticos, labor necesaria pero también compleja: la estancia media en pocos años ha pasado de quince a siete días, lo que supone doblar el número de turistas a no ser que la rentabilidad deje de basarse fundamentalmente en una máxima ocupación durante los meses "punta" de la temporada alta. También el alquiler turístico puede repercutir, aunque también influyan otros factores, en la dificultad máxima de acceso a una vivienda en propiedad (hipoteca media 005 euros) o en alquiler (40% del salario), aunque también influyen otros factores. Nos resta esperar los resultados de la recién aprobada ley de Vivienda.
El Govern tendrá que ponerse las pilas los dos años que restan de legislatura. Tiene múltiples asignaturas pendientes, algunas difíciles de visualizar, que pienso abordar en mis próximas colaboraciones. Posiblemente las más necesarias y urgentes, y probablemente las más difíciles de obtener, se refieren a nuestra injusta financiación y a nuestro imprescindible Régimen Especial. Existe un consenso con las diversas representaciones empresariales, sociales y cívicas; pero en los ministerios de Madrid buenas palabras no faltan, pero realidades ninguna. El próximo reto será comprobar cuál será nuestra cuota de participación en los Presupuestos estatales 2018. La oposición del PP verbalmente no se opone, pero "obras son amores y no buenas razones", y si pretende ser alternativa de poder no puede limitarse a aparecer su líder, Gabriel Company, fotografiado con el ministro del ramo, el ilustre señor Montoro. A su vez, la nueva directiva del PP en Balears no puede limitar su oposición a las intervenciones de su portavoz en el Parlament. Es cierto que "por la boca muere el pez" y que "en boca cerrada no entran moscas", pero entre massa i massa poc€ Los culebrones otoñales quedan inaugurados.
