Diario de Mallorca

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Lo virtual, como lo real

El mundo de las ideas en internet no ha encontrado todavía el equilibrio. Las redes sociales son un espacio incontrolado en que muchos se atreven a decir lo que jamás manifestarían oralmente o por escrito en los medios convencionales. Y en que los delitos contra las personas (injurias, calumnias, amenazas, violaciones de la intimidad) se cometen con tanta frecuencia que sólo algunos son denunciados y/o perseguidos. Hay, en definitiva, una extensa zona de impunidad (al margen de la abundancia de la mentira sistemática, pero esta es otra cuestión) que contribuye al descrédito del soporte y, por consiguiente, de las opiniones que se apoyan en él. Por esto, sólo un líder estrafalario y primitivo, sin bagaje intelectual, como Trump, utiliza preferentemente Twitter para difundir su política y actuar sobre la opinión pública. Es perturbador que las cosas sigan así y que no se haga nada por cambiarlas. Por ello, es estimulante haber conocido, gracias al blog de Enrique Dans, que la Director of Public Prosecutions del Reino Unido, Alison Saunders, ha anunciado en un artículo en The Guardian titulado Hate is hate. Online abusers must be dealt with harshly que los delitos de incitación al odio, acoso, racismo, abuso, odio religioso y otros similares serán perseguidos exactamente igual cuando ocurran a través de la red que cuando tengan lugar fuera de ella. Ojalá se haga pronto realidad esta promesa.

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